Los criterios de puntuación de la convocatoria pública para adjudicar los puestos de venta ambulantes de la plaza Esplanada de Maó han despertado la inquietud de algunos titulares que temen no ver suficientemente valorada su antigüedad.
Las bases reguladoras del proceso tienen en cuenta la permanencia en la misma parada a la hora de evaluar a los solicitantes, pero con un máximo de cuatro años, y eso implica que un vendedor veterano pueda verse superado por otro con menos trayectoria pero que gane puntos extra por su participación en otros mercadillos del municipio, como el Mercat de Nit, el artesano o el que se instala en el parque Rochina.
«Nos preocupa porque no es una renovación, es empezar de cero, cuando yo llevo 35 años en el mismo sitio», comenta Pedro, uno de los vendedores con clientela fiel que «viene a verme desde hace mucho tiempo». Algunos de los pequeños empresarios de la plaza, que este martes solo contaba con diez o doce paradas porque en los días de invierno mengua de forma considerable la oferta, expresaron su malestar ante el sistema de baremación, «puede crear conflictos entre nosotros cuando ahora no los hay, somos un colectivo tranquilo, no sé a quién se le ha ocurrido pero no conoce el negocio», sentencian.
El Ayuntamiento abrió la convocatoria para ejercer la venta ambulante en el mercado de la Esplanada el 2 de enero y a partir del día siguiente de la publicación en el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB), el día 3, se abrió el plazo para presentar solicitudes, que es de un mes; el periodo para que el Consistorio apruebe y notifique la asignación de puestos es de tres meses, por lo que la resolución podría ya conocerse a las puertas de la temporada, a finales de abril.
Nuevo sistema
Es la primera vez que el Ayuntamiento abre los puestos a la concurrencia competitiva ya que hasta ahora tener una parada en la plaza daba derecho al puesto el año siguiente. Con el nuevo sistema, explican desde el área de Comercio municipal, lo que se hace es regularizar la situación y al mismo tiempo se reducen de 69 a 66 las paradas.
Para participar en el mercado hay lista de espera, y lo habitual es que cuando un titular libera un sitio lo ocupe un suplente. En una primera fase de la convocatoria actual, el titular de una parada el año anterior tendrá de entrada 50 puntos y el que haya formado parte de la lista de espera 20. Participar como suplente en los últimos dos años también concede 0,05 puntos por día con un tope de 15 puntos.
Una de las novedades es que se valora haber participado en los mercados Rochina, Artesano y Nocturno con 1,25 puntos por mercado y año, con un máximo de 10 puntos, y es aquí donde los comerciantes consultados creen que pueden generarse conflictos.
Otras cuestiones que cuentan a la hora de hacerse con una parada son tener el título de artesano (dos puntos), tener algún distintivo de calidad (un punto) y vender mercancía innovadora, que no se comercializa en el mercado actualmente (dos puntos) como mínimo en la mitad de la parada. Menos comida, la lista de productos que puede vender el mercado es extensa, sobre todo ahora mismo hay textiles, complementos y artesanía.
El criterio de permanencia que critican algunos vendedores es el que fija 25 puntos por año con un tope de cuatro (100 puntos). «Todos tenemos los puntos básicos, hace cinco años que solo entraban los suplentes si había una vacante», explican, poco convencidos también con la resolución de posibles empates mediante sorteo, como contemplan las bases de la convocatoria.
El apunte
Sin novedades en el Mercat des Born hasta que no se avance en la peatonalización
Ciutadella ya cerró en noviembre la convocatoria para renovar o solicitar la participación en el Mercat des Born y el Mercat Agrari durante 2024. El primero tiene 40 paradas y el segundo doce, en la plaza Llibertat. Al mercadillo de la plaza des Born acuden también algunos de los vendedores presentes en la Esplanada de Maó.
En Ponent continúan con el sistema habitual de renovación de los puestos, el gran debate allí gira en torno a un posible cambio de ubicación, pero aún no hay nada decidido. «Será un proceso largo, habrá que hablar mucho y hacer que todo el mundo se sienta cómodo, no nos planteamos cambiar el mercado de sitio hasta que no se avance en el proyecto de peatonalizar la plaza», declara Miquel Fullana, edil de Comercio.