El nuevo colegio de Es Mercadal sufre otro tropiezo. La obra licitada por el Instituto Balear de Infraestructuras y Servicios Educativos (Ibisec) para construir el centro educativo que durante tantos años demanda el municipio ha sido declarada desierta. Desde la Conselleria de Educación y Universidades aseguraron ayer que la revisión del expediente será rápida para que pueda volver a licitarse cuantos antes, si es posible, este mismo viernes irá al Consell de Govern, con un presupuesto base que se incrementará un 15 por ciento. Esto significa que el coste subirá casi un millón más, pasará de los 6.782.557 euros (con impuestos) por los que salió a concurso a un total de 7.799.940 euros en esta nueva licitación.
El proyecto de la escuela de Es Mercadal es el último damnificado por una tendencia a que los concursos de obra pública queden desiertos que ya se dio en 2022, debido a la inflación y que lejos de corregirse empeora, debido a una nueva amenaza para la cadena internacional de suministros, la crisis del Mar Rojo, y otros factores más locales, como el trabajo en reformas y para promotores particulares que hace que las empresas no quieran arriesgar en proyectos grandes y que se alargan en el tiempo en momentos otra vez de incertidumbre.
El coste de los proyectos que se quedan colgados por la falta de concurrencia de empresas aumenta con cada año que pasa. En concreto la construcción del colegio público de Es Mercadal, para el cual ya se han urbanizado los accesos, cuando vuelva a licitarse habrá multiplicado por cuatro el precio que se anunció hace siete años: en diciembre de 2016 Educación anunciaba sus planes de inversión en Menorca y el CEIP de Es Mercadal figuraba con un presupuesto de 2 millones de euros y previsión de iniciar obras en 2018. Ahora, si la nueva licitación sale bien, el precio rozará los ocho millones.
El precio es un factor que aleja a las empresas de la obra pública pero hay más, afirma Sandra Verger, directora general de la Asociación de Constructores de Balears. «Ese es el primer motivo, el precio, muchos proyectos si son antiguos no reflejan el precio de mercado pero además, si no se contempla la posibilidad de revisión de precios cuando se hace una obra pública, y la mayoría de organismos no la recoge, las empresas ahora no se la juegan», afirma Verger. Y se concentrán más en los proyectos de promoción particular.
Así lo confirma también José Olives Pons, presidente de la Asociación de Empresas de la Construcción y Promotores de PIME-Menorca, quien señala que «hay mucho trabajo y las empresas prefieren los clientes particulares porque en la obra pública son proyectos de duración prolongada, con costes muy elevados y si no se contempla que se revisen los precios con la incertidumbre actual, la verdad que a muchas empresas les da miedo».
La medida excepcional que cubría los sobrecostes ante la inflación de los materiales, que se puso en marcha con un Real Decreto en marzo de 2022 y que permitía la revisión de precios en las obras públicas, duró un año y no se prorrogó, pese a que el sector de la construcción reclamaba su ampliación.
Ahora esa revisión de precios, por normativa general, solo se reconoce para obras de más de un año de duración y si se contempla en los pliegos de condiciones de la adjudicación del proyecto, explica Sandra Verger, quien defiende que debería existir un sistema de revisión de precios en la obra pública que fuera estable.
Las asociaciones de constructores señalan además otro factor que «desmotiva» a las empresas y es que los proyectos no estén bien definidos y acotados, con lo que «puede haber sorpresas, modificados, y los organismos son reticentes a aprobarlos, aunque muchas veces es por error del propio proyecto, pero la empresa debe asumir el sobrecoste, si no ayudan al final el resultado es que no se presentan», señala Verger. Por su parte, José Olives Pons, también apunta como problema añadido la falta de mano de obra que padece el sector. «Es algo que viene de años atrás, reclamamos una Formación Profesional atractiva para este trabajo, para que vengan jóvenes», afirma.
No puedo opinar sobre si los precios están bien o a la baja... Pero sí puedo decir, cuántos proyectos se anunciaron hace tiempo, las administraciones no los sacan adelante y las obras se encarecen (ese mismo ejemplo se anunció en 2018 y ahora estamos en 2024, con una inflación desbocada, cómo no va a encarecerse la obra? Y quién paga? Por otro lado, creo que eran los pisos Ibavi de Mahón, adjudicados a una empresa peninsular, por un precio muy bajo, y se quedaron parados por encarecimiento de la obra y no sé que más... Así que, políticos y técnicos de las administraciones, a ponerse las pilas, que al final el pato siempre lo pagamos nosotros...