A mediados del pasado mes de febrero, el Consell aceptó formalmente la donación económica de 105.000 euros que había recibido por parte de una mujer anónima. Lo poco o único que se sabe de la donante, que prefiere mantener oculta su identidad, son sus siglas y que ha efectuado dicha aportación con el deseo de que el dinero se dedique totalmente a la atención de las personas con discapacidad. De esta manera, el departamento de Bienestar Social, con Carmen Reynés a la cabeza, será el encargado de administrar dicha cuantía y asegurarse de que se cumple el deseo de la donante. Así resume el procedimiento a realizar la propia Reynés: «Ella nos aporta la cantidad económica, hacemos un convenio y, en este caso, nos indica a qué quiere que vaya dedicado».
Ejercicio de transparencia
A partir de aquí, el organismo público realiza un ejercicio de transparencia y asume el compromiso de elaborar una memoria de actividad en relación al proyecto o a los diferentes proyectos a los cuales se destinarán los fondos recibidos. Al mismo tiempo, se mantiene informada a la donante de todas aquellas acciones que se realizan.
«Se agradece que haya personas que confíen en la administración para ayudar a colectivos que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. De momento, estamos estudiando en qué invertir exactamente el dinero», reconoce la consellera.