Los agricultores continúan padeciendo los efectos del cambio climático. Después de un invierno en el que las temperaturas han sido más cálidas de lo que deberían, se empiezan a ver las consecuencias en los primeros compases de la campaña de recogida de fruta. «Si llegamos a recoger la mitad de lo que producimos en un buen año, damos las gracias», asegura Ignasi Capó, agricultor del Hort de Matadones en Cala en Porter.
Tanto él como el resto de compañeros de su gremio en la Isla apuntan a una mala temporada, en particular para el melocotón o el paraguayo, cuyos árboles no han recibido las suficientes horas de frío para poder madurar. En concreto, los melocotoneros deberían haber pasado un mínimo de 300 horas por debajo de los 7 grados, algo que no se ha cumplido el último invierno.
«Muchas variedades están afectadas. Varios árboles, incluso, no han sacado fruto. Al ser un invierno más cálido, los árboles ya no realizan el ciclo vegetativo de forma correcta, por lo que, incluso, varios ni han sacado fruto», apunta el también horticultor Joan Fortuny, cuyos melocotoneros de la zona de Cala en Porter ilustran estas líneas. A esta mala cosecha también se suman, desde un segundo plano, las variedades de pera autóctonas de Menorca, la ciruela y la manzana.
Los nísperos, vencedores
No obstante, los nísperos se convierten este año en los principales beneficiados. Su última campaña había resultado un desastre a causa de la granizada registrada el 12 de mayo de 2023, una fecha que se le ha quedado grabada al propio Fortuny, quien se vio obligado a «tirar casi toda la producción porque se había echado a perder». Un año después, la situación se ha acabado revirtiendo y podría ser vital para salvar la campaña general del 2024.
Por su parte, el agricultor del Hort de Biniarbolla i Binimatzoc, Jordi Quintana, señala al albaricoque como otro de los grandes triunfadores de una campaña que se presume bastante difícil. A juicio de Quintana, se trata de una «situación normal» que se explica a partir del pecerismo, un fenómeno por el que algunos árboles ofrecen una buena producción un año.
A su parecer, los melocotoneros «no han podido descansar bien por la falta de frío», algo que se ha acabado notando a la hora de la verdad. «Si no gozan de las suficientes horas de frío, en la primavera no florecen bien», resume en línea con sus compañeros de profesión.
Vislumbrando este panorama un tanto desalentador, Ignasi Capó tiene claro que la situación va a acabar repercutiendo en el bolsillo del consumidor. Es decir, el bajo volumen de producción implicaría una subida generalizada en los precios de la fruta.
El apunte
Agromenorca: «La Isla se especializa más en verduras que en fruta»
A pesar de la mala cosecha que se prevé para este año en cuanto a la fruta, el gerente general de Agromenorca, Ramón Sintes, puntualiza que la Isla es «más especialista en verduras que en frutas».
«Tenemos melones, sandías, fresas... y poca cosa más. Las frutas como manzanas, naranjas, ciruelas o melocotones son escasas para la demanda que existe en verano», aclara. Al mismo tiempo, explica que cada una «tiene su época del año».
«Es decir, aunque ahora todavía hay fresas, se venden a menor velocidad ahora que cuando salen en marzo, pues en esa época apenas hay fruta y es más deseada por el consumidor», explica.
En cambio, la producción de verduras es «bastante y suficiente para la demanda insular», habiendo registrado un exceso de producción en algunos momentos. «El campo no es una ciencia exacta», sentencia.