El Consell tiene ya un plan trazado para llevar el agua de lluvia que se pretende recoger del polígono industrial de Maó hasta S'Albufera des Grau, núcleo natural de la Reserva de Biosfera con problemas de escasez de este elemento básico.
La idea inicial con la que está trabajando el equipo de gobierno insular es, según relata el director insular de Medio Ambiente, Mateu Aínsa, disponer de dos o tres balsas de almacenamiento que dejarían una gran cantidad de toneladas a disposición de las necesidades hídricas del parque.
Para avanzar en este proyecto de envergadura se acaba de iniciar la contratación de un estudio de diagnóstico de la situación presente y de las alternativas existentes para llevarlo a cabo. «Se trata de poner hilo a la aguja, mientras trabajamos también con otras alternativas», relata Ainsa.
Ubicación de las balsas
La primera balsa se ubicaría en los Vergers de Sant Joan. De hecho, es donde acaba ahora el agua de lluvia cuando las precipitaciones son abundantes y las infraestructuras del polígono de Maó se ven desbordadas, lo que en los últimos años ha ocasionado episodios de inundaciones.
Esta circunstancia facilitaría «relativamente» las cosas a nivel técnico. La ubicación concreta está por determinar, comenta Mateu Aínsa, en función del resultado del estudio encargado. Acabar con las inundaciones cuando la lluvia es abundante y la recuperación del safareig, ahora seco, que está junto a la ermita, son aspectos que tratan de incluirse en este proyecto
Condicionará la ubicación de esta primera balsa el hecho que el agua acumulada deberá ser luego impulsada a una o dos balsas que se ubicarían en las inmediaciones del parque natural. Esto también depende, en parte, del estudio encargado. Estas dos balsas se situarían en el inicio de la carretera de Es Grau y en las inmediaciones de la ermita de Fàtima. El objetivo es que la ubicación final de todas estas balsas facilite al máximo la impulsión del agua entre ellas, para que sea lo menos costosa posible.
Debate entre los científicos
El agua de estas balsas estaría a disposición de los técnicos del parque natural para su uso siempre cuando lo consideren conveniente para mantener su buena salud ambiental. Mateu Aínsa admite que hay debate entre los científicos sobre la idoneidad de aportar agua dulce de lluvia o depurada a S'Albufera, discusión en la que no entra.
La misión del Consell es ponerla a su disposición. Para regular este paso de agua dulce están previstas compuertas dispuestas para esta función. También se contempla la opción de que el agua acumulada desde el polígono sea además para otros usos o reinfiltrarla al acuífero.
Mateu Aínsa comenta que esta es una iniciativa de envergadura. Su intención es encargar este año la redacción del proyecto y en 2025 ejecutar al menos una parte, puesto que además los trámites van a ser complejos y con varias administraciones implicadas. Aunque no se parte de cero, puesto que «ya hay muchos estudios y el Ayuntamiento de Maó cuenta con su plan director de saneamiento».
El director insular afirma que en su punto de mira, en lo que respecta a la recogida de agua de lluvia, están otros dos polígonos. En Ciutadella hay un proyecto municipal en marcha para la recogida y se está estudiando de forma conjunta cómo aprovecharla, mientras que en el Alaior solo hay conversaciones abiertas.
El apunte
Una desalinizadora para el terciario en Maó-Es Castell
Mateu Aínsa explica que también se analizará la viabilidad de llevar hasta las futuras balsas de S’Albufera des Grau agua que haya recibido en la depuradora de Maó y Es Castell el tratamiento terciario, cuando este esté disponible, y si esto se cree conveniente. Sobre la implantación del tratamiento terciario, el director insular de Medio Ambiente comenta que se ha encargado un estudio sobre las actuaciones que son necesarias para la sustitución del actual colector del puerto de Maó puesto que «el problema que tenemos para implantar el terciario es que el agua llega a la depuradora muy salada», afirma.
Con toda seguridad, la sustitución del colector requerirá mucho dinero y mucho tiempo. Por este motivo, una vez esté listo el estudio, se planteará, con la idea de acelerar el tratamiento terciario, la instalación en la misma depuradora de una planta desalinizadora, que permitiría aprovechar el agua residual para usos adicionales a los actuales, entre ellos el riego.
Desde diciembre el Consell cuenta con un anteproyecto para la habilitación del tratamiento terciario y hay recursos disponibles para acometerlo. La planta desalinizadora supondría un incremento del coste aunque no prohibitivo y un ahorro de tiempo. En un primer momento, el agua tratada se conduciría hasta los depósitos ahora existentes. El proyecto se tiene que acabar de definir cuando todos estos detalles se hayan concretado.
Mateu Aínsa recuerda que hace ya muchos años que se cuenta en el Ayuntamiento de Maó con trámites iniciados para acometer estas mejoras en las infraestructuras hídricas de la ciudad, como este colector, pero que no se ha avanzado en la práctica. Para el director insular, lo importante es dar pasos para lograr que el agua depurada, o de lluvia, no se desperdicie.