En solo una mañana la playa de Cala en Porter perdió este miércoles 430 aparcamientos para vehículos en la parcela que transcurre entre el torrente de Sa Mina y la carretera que conduce a la cala, lo que supone un golpe al sector turístico de la urbanización alaiorense con la temporada ya arrancada.
El dueño de la finca número 4.311, según consta en el Registro de la Propiedad, ha tomado la decisión de cerrar este solar que lleva casi medio siglo siendo utilizado como aparcamiento para toda clase de vehículos, sin que conste la existencia de ninguna autorización para este cometido, ni tampoco que se hayan realizado acciones para habilitarlo como tal por parte de la administración o de la propiedad.
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Desde las 9 de la mañana hasta cuatro camiones con 40 toneladas de rocas de gran tamaño, procedentes de otros terrenos del mismo dueño, se encargaron de descargar las piedras a lo largo de la zona del solar, sobre una línea de 128 metros de largo, la más próxima a la carretera, para impedir el paso de vehículos. Una grúa las fue alineando hasta que la parcela quedó barrada ante el pasmo y la sorpresa de los responsables del hotel Paradis Blau, que está situado frente a ella, y de otros restauradores y responsables de negocios a pie de playa porque perdían de repente el espacio que usaban para el estacionamiento ellos mismos y sus clientes, al igual que los turistas que se dirigen a la playa. Solo quedan disponibles ahora los 76 aparcamientos para coches y 16 para motos que sí están asfaltados y señalizados en la isleta central más próxima al arenal.
La falta de regularización de este aparcamiento improvisado y su progresiva ampliación natural hacia el torrente ha motivado la determinación de cerrarlo por el riesgo de que algún vehículo se precipite dada la fragilidad del terreno, o que ocurra algún otro incidente del que sería responsable el actual propietario, José de Juan López, abogado de Ciutadella, que es quien supervisó la maniobra para barrarlo.
El solar ocupa la parte trasera de la cala y corresponde a una zona del suroeste de la finca de Son Rotger, en el término municipal de Alaior. En este terreno secano e improductivo, ni asfaltado ni señalizado, estacionan, además de coches, caravanistas, tanto privados como mercantiles, entre ellos, clientes de hoteles y empresas de turismo náutico, además de autobuses, microbuses, coches de alquiler, remolques y embarcaciones. «Es un riesgo que ya no estamos dispuestos a asumir por si ocurre alguna desgracia, es un peligro y la responsabilidad civil recaería sobre mí», ha explicado el dueño a este diario, para justificar la clausura del solar.
A media tarde la acera que delimitaba el aparcamiento con la carretera ya estaba repleta de coches estacionados irregularmente sobre ella, ante la ausencia material de otro lugar para aparcarlos.
A lo largo de la mañana se personaron en un par de ocasiones agentes de la Policía Local de Alaior, que grabaron la maniobra de descarga de las rocas y levantaron acta.También acudieron representantes de Medio Ambiente y de la Demarcación de Costas, quienes pidieron explicaciones al propietario por este movimiento para el que no ha solicitado licencia municipal al entender que no precisa hacerlo.
El registro oficial de la finca heredada, adquirida por el padre del titular en 1962, quedó suspendido en primera instancia al no acompañar la certificación expedida por la Demarcación de Costas, debido a que linda con el mar, por tanto, de Dominio Público Marítimo-Terrestre Posteriormente, explica el dueño. Costas expidió el certificado por el cual esta finca no se hallaba sometida a las limitaciones que establece la ley 22/1988, asegura.
De Juan López pretende hallar una solución con la administración competente que pasa prioritariamente por evitar el peligro latente que supone el uso del solar en su actual estado, explotar la parcela como aparcamiento, una vez regularizado y señalizado, alquilarlo a las empresas del lugar o al propio hotel Paradis Blau, que ya se ha interesado por ello, al igual que otros restauradores y empresarios de la cala.