La masa de agua subterránea que abastece en un 76,2 por ciento a la población de Ciutadella (el resto es desalada) se encuentra en un estado «deficiente», ya que los recursos hídricos están sobreexplotados en un 131,42 por ciento. Así consta en el Plan de Gestión Sostenible del Agua, aprobado hace ahora un año, que refleja con claridad la delicada situación de los 31 pozos públicos.
La investigación que aún tiene abierta el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por la gestión pública del agua es solo un apéndice de la grave situación que revela la documentación municipal.
Las concentraciones de nitratos «superan en muchos de ellos» el límite máximo de 50 mg/litro permitido por la Comunidad Europea para las aguas potables, especialmente en el sur del municipio. El pozo de Ses Truqueries, por ejemplo, registraba en 2022 una concentración de nitratos de entre 89 y 93 mg/litro.
También las concentraciones de cloruros sobrepasan los 250 mg/litro, especialmente en el depósito municipal de Es Caragolí. Los procesos de intrusión marina en dos de sus pozos son tan elevados que se registran niveles de entre 283 y 2.779 mg/litro. El pozo de Toruella, en Cala Morell, alcanza los 767.
En el norte del municipio, solo el pozo de Son Planes nunca ha superado el límite de los 250 mg/litro y en su última medición llegaba a los 181. En el sur son únicamente dos las perforaciones que siempre se han ajustado a los límites máximos, Sant Joan Gran y Sa Marjal Vella.
Los niveles, a peor
De hecho, el plan apenas ha registrado alguna recuperación del nivel freático a lo largo de la última década. «Habitualmente se muestran estables y, en algunos casos, caen un poco», apunta.
Los datos de sobreexplotación a la que se ha sometido estas últimas décadas a las reservas hídricas de Ciutadella son elocuentes.
Al menos 25 pozos, de los que solo cinco están sin uso, sacan el agua muy por debajo del nivel freático. El Plan Hidrológico establece que la bomba de extracción debe estar situada a la cota menos un metro sobre el nivel del mar, pero en la mayoría de las captaciones de Ciutadella la bomba está al doble de profundidad de lo permitido. Uno de los pozos del depósito municipal de Es Caragolí, por ejemplo, tiene la bomba a 120 metros, cuando la cota está tan solo a 50 metros. Es decir se extrae el agua 70 metros más abajo de lo que tocaría.
El mayor volumen de distribución del agua se mueve entre el depósito de Es Caragolí y los pozos de Ses Arenes. El 77,4 por ciento del suministro lo gestiona directamente el propio Ayuntamiento. El resto correspondía, al menos hasta hace dos años, a las concesionarias Servicio de Suministro de Agua de Cala en Blanes y Torre del Ram (8,2 por ciento), Aguas Son Xoriguer (5,8) y Aigües Cala Blanca (8,6), que recientemente ha insistido al Ayuntamiento para que se haga cargo de las instalaciones en favor de la salubridad pública.
Pese a la delicada situación de las aguas subterráneas, el Ayuntamiento de Ciutadella todavía hace un uso residual de la planta desaladora, para no encarecer el recibo a los contribuyentes. Funciona aún a un tercio de su capacidad (34,2 por ciento) y solo aporta el 23,8 por ciento del agua que abastece a la población. Produce 1,1 hectómetros cúbicos de agua al año cuando, según su actual línea de producción, tiene capacidad para generar 3'3 hectómetros.
El apunte
El Ayuntamiento tardó 7 años en poner en marcha la desaladora
El Ayuntamiento tardó siete años, entre 2010 y 2017, en poner en marcha la desaladora, pese a haberse terminado las obras y a que la sobreexplotación de los pozos evidenciaba su necesidad. Además acumula ya 15 años sin que se conecte con el principal depósito de la ciudad, Es Caragolí.
La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua dice estar trabajando en la redacción del proyecto de conexión, que costará 6 millones de euros y requerirá de casi dos años de obras. A propuesta del anterior gobierno municipal del PP, se incluirá una estación intermedia que permita inyectar agua directamente a Ciutadella sin necesidad de pasar por Es Caragolí.