La qualcada de Llucmaçanes tendrá este año un invitado muy especial. Se trata de Borja Cardona, el chico de 15 años que el año pasado en las fiestas de Sant Gaietà fue golpeado por un caballo al final del jaleo. Sufrió una rotura de mandíbula y lesiones en el conducto auditivo después de que al animal se le rompiera la cola y le diera una fuerte coz en la cara.
Ahora, un año más tarde, quiere cerrar la herida, pero esta vez encima del caballo. Le ha invitado a participar la Asociación de Vecinos de Llucmaçanes, «un gesto muy bonito», que el adolescente agradece.
Mucha ilusión en su estreno
Cardona lleva montando desde los dos años y afirma que le «apasionan los caballos». Es de Maó y, aunque ya había estado en el Jaleo con sus padres, el del año pasado fue el primero que vivía solo, con sus amigos.
No tiene ninguna duda de que, lo que le pasó, «le podría haber pasado a cualquiera» y por ese motivo no ha perdido la confianza en los caballos. Cuenta que del momento del accidente no se acuerda nada, solo despertar al día siguiente en el hospital, y que su recuperación fue larga y dura. Lo que más le marco fue tener que dejar de lado lo que más le gustaba, montar: «Entrenaba todos los días, dos horas. Quedarme sin esto fue un gran golpe, pero volví muy motivado».
Las de Sant Gaietà, «su segundo aniversario», como afirmaban sus padres el año pasado en una carta, serán las primeras en las que participe como caixer. El joven está lleno de ilusión y espera con emoción el día señalado: «Tengo muchas ganas de volver a estar en esa misma plaza, ahora encima del caballo».
Su motivación es quitarse el mal sabor de boca, además de poder, por fin, cumplir su sueño de participar en las fiestas patronales. 12 años después de que se subiera por primera vez a un caballo, se estrena en Llucmaçanes.
Imagen del traslado en ambulancia del herido al hospital | J.O.
Cuenta, que aunque trabajó mucho por su cuenta, la ayuda de su entorno más cercano fue imprescindible. Sobre todo se acuerda de sus padres, quienes «vieron con muy buenos ojos la posibilidad de que pudiera montar en Sant Gaietà» y que lo acompañaron en todo momento durante su recuperación. También tiene palabras bonitas para sus amigos, estos un poco más preocupados: «Yo entiendo que lo vean como una locura, pero ellos lo viven desde fuera».
Él, sin lugar a dudas, lo ve como una oportunidad para rehacerse, sobre todo por el hecho de que fuera la Asociación de Vecinos de Llucmaçanes quien lo llamara: «Para un cavaller, que lo inviten a unas fiestas, es lo mejor que le puede pasar». El joven dice también que esta invitación es un ejemplo de las muchas muestras de cariño que recibió de la sociedad menorquina. Se siintió muy arropado y en ningún momento solo: «Tengo mucho que agradecer». Además, tuvo la oportunidad de hablar con el cavaller que montaba al caballo accidentado en las fiestas de Maó durante el pasacalles.
Ahora ya, de las fiestas de Sant Gaietà, que las anhela con ansias, espera «poder revertir el mal recuerdo» y que sea la ocasión perfecta para abrir su nueva etapa sobre el caballo. Su siguiente gran cita será la mañana del domingo de fiestas de Maó
La clave de su éxito, finaliza Cardona, ha sido «mantener ante todo una mentalidad positiva», crucial en su recuperación.