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DANA en Menorca

Es Mercadal, un pueblo unido entre lágrimas de barro

Los residentes más afectados reciben apoyo de vecinos, Cruz Roja, Ayuntamiento, brigada y fuerzas de seguridad para intentar volver a la normalidad cuanto antes tras comprobar como la riada se llevó por delante casas enteras

Personal de la Cruz Roja colaboró para ayudar a los vecinos afectados. | Katerina Pu

| Es Mercadal |

El terror vivido el jueves por muchos vecinos de Es Mercadal, al verse impotentes e incapaces para impedir que la riada entrara en sus casas, se transformó este viernes en la desolación más absoluta al comprobar cómo quedaban inservibles gran parte de sus pertenencias.

Un auténtico drama, que dejó lágrimas en más de un rostro, teñido por manchas del lodo que todo lo inundaba. Aunque eso sí, con la conciencia plena de la «suerte» que se ha corrido en esta ocasión, por la ausencia de daños personales.

Numerosos muebles sufrieron daños por las inundaciones. | Katerina Pu

Este era el «único consuelo» que veían este viernes los más perjudicados por el temporal. Alguno no escondía que «no hacía más que pensar en lo ocurrido en Sant Llorenç des Cardessar» en 2018 y sus terribles consecuencias, con trece víctimas mortales. «Aquí solo habrán sido daños materiales», se conformaba Pili Vidal, mientras se esmeraba en limpiar la planta baja del número 11 del Pla de Ses Eres.

«Da mucha pena» y supone pérdidas, «el congelador, la nevera, el televisor, armarios... las cajoneras flotaban, se ha estropeado todo». Y quedaba por delante mucho trabajo, pero aun así se mostraba agradecida, porque «nos ha estado ayudando personal de la Cruz Roja, concejales del Ayuntamiento y gente del pueblo».

Los vecinos se movilizaron para colaborar en la limpieza. | Katerina Pu

La solidaridad llevó al propio vecindario a organizarse. Se creó un grupo de WhatsApp, «Ajuda mutua Mercadal», donde todo aquel que lo deseaba ofrecía una mano de ayuda, escobas, herramientas, máquinas de agua a presión. Por otro lado, la Cruz Roja, que contó con cerca de una veintena de voluntarios, coordinó, a petición del Ayuntamiento, a los ciudadanos que querían colaborar.

Daños

La riada castigó viviendas y garajes, del Pla de Ses Eres y de las calles Ciutadella, Tramuntana o Ses Carnisseries. Vía, esta última, donde temieron seriamente por su seguridad en el número 8, justo en el borde del torrente. Sus propietarios narraban como «el muro saltó en pedazos por la potencia del agua y un bloque de 50 kilos reventó la puerta y entró en el comedor».

En el Carrer de Baix también cundió el pánico. Por esa calle bajó, desde el Carrer Nou y la Avinguda del Mestre Garí, una enorme correntada procedente de Monte Toro y el Camí d'en Kane. Todo ese caudal quedó frenado por la inclinación propia del puente que cruza el torrente, impidiendo que el agua llegara al cauce y anegando completamente los bajos de las viviendas.

Miembros del Ibanat y de los Bomberos intervinieron en varias operaciones. | Katerina Pu

Se habilitaron cubas y contenedores para depositar electrodomésticos, mobiliario o enseres estropeados. En los márgenes de las calles se iba apilando todo aquello ya inservible. Vidas enteras, arrasadas por acumulaciones de    más de metro y medio de agua en algunos casos.

El ímpetu de la corriente llegó al Carrer de Tramuntana. Además de afectar a las pistas de tenis y al campo de fútbol, afectó a numerosos garajes y algunos, incluso, vieron cómo les entraba agua de los huertos traseros. Miembros del Ibanat y de los Bomberos estuvieron desde primera hora, achicando agua de dos parkings subterráneos. Como señalaba Cati Pons, agente de Medio Ambiente que coordinaba las labores, en la cochera del número 60 se acumulaban más de 2 metros de agua, y en la del número 50, se habían llenado sus dos plantas.

El apunte

Plenario emotivo para repasar la situación y agradecer la implicación de todo el pueblo

El Ayuntamiento de Es Mercadal celebró el viernes por la noche un pleno extraordinario para repasar lo vivido las últimas horas. El alcalde, Joan Palliser, informó del estado de la situación y agradeció la implicación de vecinos, entidades, empresas, voluntarios, personal y cuerpos de seguridad. Visiblemente emocionado, se refirió al ejemplo dado de «convivencia, hermandad y solidaridad» y a la necesidad de mantenerlo hasta volver a la normalidad. Por otro lado, señaló que el jueves hubo un herido, que ingresó en UCI y que este viernes ya estaba en planta.

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