Karina Gibert, Catedrática y directora del centro de investigación en Ciencia Inteligente de Datos e IA, de la Universidad Politécnica de Catalunya, centró su ponencia en los principios éticos a los que debería atenerse la era de la tecnología en la sociedad digital.
Se refirió a los grandes avances en tecnología de las últimas décadas (5G, internet de las cosas, dispositivos portables, supercomputación, la nube, ciberseguridad) para explicar que la IA «es capaz de extraer valor añadido de todos estos datos, encontrando patrones que esconden para «tomar mejores decisiones anticiparnos a prevenir o potenciar algunos eventos» Y añadió que «la IA nos aporta técnicas para gestionar el conocimiento y construir sistemas que puedan simular razonamiento». Concluyó: «La IA tiene tanto potencial para beneficiarnos como sociedad como para complicarnos la vida».
Ética y valores
Para Karina Gibert es «enormemente importante plantearse los límites éticos en la IA». Recordó que tanto Catalunya, con la Declaración de Barcelona de 2017, como la UE, ahora con la primera ley, han sido pioneros. Sin embargo, mantuvo la tesis de que las leyes no conseguirán anticiparse a la evolución tecnológica porque sus velocidades son distintas. Argumentó que «legalidad y ética no son lo mismo». Puso varios ejemplos: si una IA reúne currículums para un puesto de trabajo y prioriza a los hombres, será discriminatoria.
En la segunda parte de su intervención, planteó una sugerente lista de ideas y propuestas sobre la forma en que Menorca podría encarar su transformación digital, respetando los principios éticos y con valores propios. El objetivo de la «revolución» es combinar «progreso, bienestar y justicia social».