El mes de julio ha marcado un brusco cambio de tendencia en los flujos turísticos. Tras años de una escalada que parecía imparable y en pleno debate sobre los problemas de masificación, los datos de la encuesta Frontur hechos públicos este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran un descenso significativo de la presión turística en el primer mes de la temporada alta, que se cerró con un saldo de 15.100 visitantes menos, una caída del 4,25 por ciento que no se veía -dejando al margen la pandemia- desde el año 2018.
No hay que perder de vista que los 340.325 turistas que llegaron a la Isla el pasado mes marcan la tercera cifra más alta de la serie histórica, solo por debajo de 2023 y 2022, y que el balance de los tres primeros meses de la temporada arroja un resultado positivo de 42.000 turistas más que hace un año. La temporada arrancó con una fuerza inusitada en mayo, con un incremento del 36 por ciento de visitantes, casi 58.000 más que hace un año. En junio los datos empezaron a mostrar cierto agotamiento, con un descenso de turistas del 0,32 por ciento, técnicamente un estancamiento, y en julio se ha registrado el primer gran descenso visitantes.
La reducción de la presencia de turistas nacionales está detrás de ese cambio de tendencia. En el mes de julio llegaron a Menorca casi 22.000 visitantes españoles menos que en el mismo mes del año pasado, un descenso del 14 por ciento. En cambio, la llegada de turistas extranjeros aumentó un 3,21 por ciento. En este apartado destaca especialmente el comportamiento del turismo francés, que parece que todavía no ha tocado techo en su tendencia ascendente en la Isa. Julio cerró con un nuevo incremento llamativo, del 39,2 por ciento. Se afianza como el segundo mercado extranjero más importante en Menorca, solo por detrás del británico, que en el primer mes de la temporada alta ha disminuido un 4,2 por ciento.
Por islas
Menorca es la única isla que encadena dos meses consecutivos con un descenso en el número de visitantes, una tendencia que también ha empezado a despuntar en Eivissa y Formentera, donde se ha cerrado julio con una pérdida de turistas del 7,2 por ciento. En Mallorca, en cambio, el balance de julio ha sido muy distinto. Ha visto cómo la llegada de turistas seguía creciendo, en este caso un cinco por ciento, respecto al año pasado.