La exdirectora médica y actual intensivista de la UCI del Hospital Mateu Orfila, Tamara Contreras del Pino, llevó anteayer su lucha por reducir las guardias de 24 horas hasta la comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados. Invitada como ponente en la ‘Jornada por una estrategia nacional del sueño saludable’, dedicó sus ocho minutos y medio de intervención a lanzar un mensaje contundente, en sintonía con la petición que ya formalizó en febrero ante la ministra de Sanidad y que acumula 127.668 firmas en la plataforma Change.org.
«Me siento nerviosa, porque estar aquí no es mi zona de confort, pero a la vez tranquila, porque ninguno de los presentes va a morir por mi culpa, por un error porque no haya dormido lo suficiente. Y eso me tranquiliza un montón». Fue su llamativa carta de presentación, para acabar concluyendo: «Tamara, con lo que tu pasas, ¿cómo te va a dar miedo esto?».
Lo realmente «aterrador» -expuso- es estar sometida durante 24 horas a tener que «tomar decisiones vitales» y, a la vez, ser «humana, empática y buena compañera». Y, cuando logras descansar y te duermes, te despiertan de golpe para que corras porque «alguien se muere. Un chico joven desangrándose, todo el personal en vela desde las ocho de la mañana y su mujer con dos críos esperando en la puerta a saber si ha muerto o no».
Entre 70 y 80 horas semanales
Eso fue lo que ocurrió en la «dura» jornada de guardia en la que dijo basta. Un mensaje que repitió el lunes ante los diputados.«¿Qué se aprende después de 30 horas en un hospital? A irte a tu cama. ¿De verdad tengo que argumentar por qué no podemos trabajar 70 u 80 horas semanales? ¿Hay que explicar por qué la vida de una persona que corre peligro no puede estar en mis manos después de 20 horas despierta?». «¿No se quiere reducir la jornada laboral por debajo de las 40 horas semanales? -prosiguió.«Entonces, ¿nosotros qué somos? ¿Elegidos de Dios, seres de luz?».
Contreras remarcó que los médicos que cubren estas guardias «tenemos más riesgo de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares, no vemos la regla en cuatro meses, no nos quedamos embarazadas. Sufrimos ansiedad, depresión y tenemos el índice de suicidio consumado (sabemos hacerlo, claro) más alto de toda la población».
La médico intensivista urge a cambiar el modelo de gestión «cortoplacista» que impone el actual sistema sanitario. «Trabajar más de 12 horas es absolutamente ineficiente, pues lo único que hacemos es sobrevivir. Les recomiendo un estudio que vincula la privación del sueño durante una guardia con la intoxicación etílica. A partir de las 16/18 horas estamos borrachos...y lo hemos normalizado».
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