Este miércoles se cumple el primer aniversario de la declaración en Riad de la Menorca Talayótica como Patrimonio de la Humanidad. Doce meses que no han dado el esperado empujón al aumento de visitas a los yacimientos ni han permitido concretar aún los contratos de custodia que el Consell firmará con los propietarios de los terrenos donde se ubican la mayor parte de los bienes monumentales, pero que sí han avivado la difusión y el interés por llevar a cabo excavaciones arqueológicas en la Isla.
En estos momentos hay 18 proyectos en marcha, la mayor cifra registrada hasta la fecha. Para el conseller de Cultura, Joan PonsTorres, es la prueba de que Menorca debe erigirse en «un punto de referencia para la investigación en el Mediterráneo».
Para conseguirlo, la Agència Menorca Talaiòtica espera contar en 2025 con un presupuesto similar al de este año, próximo a los dos millones, tras confirmarse los primeros 500.000 euros del millón que comprometió el Ministerio de Cultura. «Se ha hecho un gran esfuerzo económico, humano e institucional durante 14 años y, ahora que gestionamos un patrimonio mundial tutelado por la Unesco, se agradece tener más facilidades para conservar y difundir nuestra excepcional riqueza arqueológica», dice Pons.
Promoción del patrimonio
La Fundació Turisme Menorca ha impulsado campañas de promoción del patrimonio talayótico en la Península, Francia e Inglaterra, ha incluido la colección oficial de monumentos en la plataforma de Google sobre arte y cultura y ha publicado artículos en revistas especializadas, entre ellas el «World Heritage Unesco». La Menorca Talayótica se ha presentado en las ferias de Madrid,Sevilla,Lyon, Dublín, Berlín, Munich, Frankfurt, Utrecht, París, Marsella, Lille, Monterrey, Bilbao y Barcelona. También se han autorizado rodajes del Canal 5 británico, RTVE y el canal ZDF/Arte y se ha traído a la Isla a periodistas de Chicago, Miami, Lisboa, Londres, Bruselas y Viena, así como influencers de viajes.
Tamaño esfuerzo se ha traducido en un aumento de las visitas durante el primer semestre del año, que ha alcanzado los 38.546 turistas entre Sa Naveta des Tudons y la Torre den Galmés, por encima de las 29.738 registradas un año antes. Pero 2023, el año de la declaración, se cerró con la cifra más baja de visitantes desde antes de la pandemia, 62.981, lejos de los 73.532 que se contabilizaron hace cinco años, cuando la Menorca Talayótica tan solo era una candidatura. «Estamos realizando grandes esfuerzos en desestacionalizar», arguye el conseller, quien destaca la importancia de las pruebas deportivas de antes y después de la temporada para atraer turistas que también visitan los yacimientos.
Mientras, la Agència Menorca Talaiòtica avanza en la redacción de los contratos de custodia, que espera poner en marcha el próximo año con los propietarios interesados en gestionar visitas y organizar actividades complementarias en sus fincas. Pons Torres se compromete a «poner facilidades» para apoyar a los propietarios que ya se esfuerzan en mantener activas las explotaciones y cuidan del paisaje». Vincula la Menorca Talayótica a la Reserva de la Biosfera, «cuya declaración tampoco habríamos conseguido si los propietarios no hubieran mantenido los yacimientos».
El apunte
En diciembre debe justificar el puente y el cableado aéreo de Rafal Rubí
Este diciembre Menorca debe rendir cuentas por vez primera ante la Unesco para garantizar que actúa conforme a los criterios de la declaración. Primero, para justificar que acabar el enlace a doble nivel de Rafal Rubí es compatible con el entorno de las navetas prehistóricas incluidas en el Patrimonio Mundial.
Lo hará con la evaluación de impacto patrimonial que encargó en marzo al consultor y expresidente de Icomos en España, Jordi Tresserras, y el informe sobre los trámites que ya ha realizado para soterrar el cableado eléctrico en este mismo tramo de la carretera. «Los informes del Consell ya inciden en que concluir el puente es la solución más económica y segura. Ya hemos perdido ocho años con este tema para, encima, dejar la estructura a medio construir», dice el conseller.
La otra recomendación de Icomos pasa por retirar el gran bloque de hormigón que se colocó en 1930 para sostener la taula de Trepucó. Pero el conseller esgrime el estudio encargado a un ingeniero para argumentar que la retirada del bloque amenazaría la estabilidad y la taula podría caerse.