El Consell de Menorca ha hecho caso a la patronal del pequeño comercio y las ayudas públicas al sector que acaba de sacar a la luz primarán aquellos negocios que se mantengan abiertos en los pueblos y las ciudades durante la mayor parte del año. Solo podrán ser subvencionados si no se ubican en los polígonos y las urbanizaciones y si justifican una actividad de, al menos, dos trimestres.
Las bases garantizan a estos comercios hasta el 75 por ciento de los gastos de asesoramiento comercial, escaparates y estudios de mercado, así como las inversiones que hayan hecho en obras y equipamientos.
El objetivo es proteger el comercio tradicional, amenazado ahora por la creciente competencia de internet y la falta de relevo generacional, y combatir la estacionalidad, muy acusada en un sector que pasa de concentrarse durante la temporada en las urbanizaciones a dejarlas desatendidas el resto del año, pese a que cada vez son más los menorquines que fijan allí su lugar de residencia.
Más de medio millar de comercios cierran
Se calcula que son más de medio millar los comercios que cerrarán en octubre sus puertas, coincidiendo con el final oficial de la temporada turística. El director general de Pime, Jordi Bosch, cree que incluso varios de ellos adelantarán su cierre al ver defraudadas las expectativas de un verano que ha reducido el volumen de negocio a las empresas turísticas. De hecho, el 51 por ciento de los establecimientos asociados a Pime dice haber ganado menos este agosto que en el mes punta del verano pasado.
A los más de 400 autónomos con negocios de temporada se les añaden las aproximadamente 150 empresas del sector que acostumbran a darse de baja tras el verano. 804 estaban dadas de alta a finales de junio, pero antes de Semana Santa apenas se contabilizaban 660, que equivale al número de tiendas que dan servicio a los menorquines todo el año. El resto, más de la mitad de las tiendas, se prepara para invernar.
Con el fin de la temporada, unos 1.800 trabajadores dejarán de estar afiliados al comercio, que pasa de contabilizar 7.662 contratados en el segundo trimestre de este año a los 5.802 que había a finales de 2023.
Urbanizaciones y centros huérfanos
La falta de servicios y turistas dejará huérfanas las urbanizaciones y los centros históricos, que convivirán solo con los residentes y los escaparates fantasma de los locales de temporada. Esta tendencia desnaturaliza los pueblos y hace perder peso al pequeño comercio en las economías locales.
De hecho, Menorca ha perdido 71 empresas dedicadas al comercio desde la pandemia, el 5 por ciento de su tejido comercial, y 127 si se comparan las cifras actuales con las de hace una década.
Ante este panorama, la patronal pide ayuda a la administración.«El comercio local da vida y, si desaparece, los pueblos se mueren», dice Joana Torres. La presidenta de la Asociación de Comerciantes (Acome) reivindica la economía circular que propicia el pequeño comercio para que el dinero se quede en la isla, pero reconoce que «cada vez cuesta más mantener abiertos los negocios durante todo el año. Hay que incentivar las compras para que, cuando termine el verano, no se acabe también la actividad comercial», dice Torres, consciente de que «los gastos nos comen y debemos luchar para que la estacionalidad no esté tan marcada».
«Si no fuese por el turismo, prácticamente ninguna tienda sobreviviría», dice un autónomo que lucha por mantener abierta todo el año su tienda de regalos en Ciutadella. Otras, como las situadas en la Plaça des Born, son marcadamente estacionales y cierran entre finales de octubre y los meses de marzo o abril.
Las asociaciones Ciutadella Antiga y MoComercial, con 80 y 90 socios, respectivamente, piden que se tomen medidas para evitar el impacto visual negativo que provoca ver tantos comercios cerrados en invierno. Para la presidenta de Mo Comercial, María José Soriano, la solución pasa por «incentivar que se abran más comercios todo el año. Algunos se deberían reconvertir pero, si al menos se animan a probarlo, todos saldremos ganando».
El apunte
Ascome impulsará la campaña de vales de consumo en noviembre
La patronal se encargará de lanzar en noviembre la campaña de vales de consumo con la que pretende mejorar los resultados de ediciones precedente. Ascome sacará provecho a los 180.000 euros que ha recibido del Consell insular para ofrecer importantes descuentos a la población residente y así cubrir el ‘impasse’ entre el final de la temporada turística y las ventas de Navidad. La anterior campaña promovida por el Govern tuvo 166 establecimientos adheridos.