Casi 20.000 personas, una quinta parte de la población empadronada en Menorca, reside en las urbanizaciones o en áreas diseminadas del campo, fuera de los núcleos tradicionales. Se trata de una tendencia al alza, según se desprende de los últimos datos conocidos.
En 2022, el Ibestat cifraba en 6.007 los residentes que viven de forma diseminada, mientras que el último padrón oficial, el de 2023, contabiliza al menos 12.620 personas que residen con carácter permanente en las 30 urbanizaciones más pobladas de la Isla.
Cala en Porter, con 1.140 empadronados, y Calespiques, con 1.024, son las dos urbanizaciones menorquinas que tienen más habitantes censados, una cifra superior a la de núcleos residenciales como Fornells (762) y Sant Climent (552), pedanías de Es Mercadal y Maó, respectivamente.
La urbanización de Cala Blanca, al sur de Ciutadella, también tiene 903 vecinos empadronados, por 750 de Son Vilar y Los Delfines.Santa Anna,Santandria y Trebalúger también superan los 500 habitantes, que rozan Binixíquer, Son Parc y s’Algar.