Una madre que ha cocinado los alimentos para su hija de corta edad con el agua que salía del grifo en Maó arremete ahora contra el Ayuntamiento, afirma que «no se toma en serio esta crisis y resta importancia a la gravedad del asunto», recordando que los niños pequeños corren un riesgo especial, beber agua con altos niveles de nitratos puede provocarles metahemoglobinemia o el denominado síndrome del bebé azul.
Paulina Spencer ha querido explicar su caso y el de su niña, Valentina, una bebé que come «comida casera», verduras, pollo y otros alimentos, así como leche de fórmula ecológica que le preparaba –hasta ahora–, con agua del grifo porque las autoridades sanitarias aconsejan no hacerlo con agua embotellada debido a su alto contenido en minerales, a que no está esterilizada y porque puede contener demasiada sal o sulfato.
Así que, creyendo en las recomendaciones de Hidrobal, que afirmaba que el agua del grifo es «sin duda potable para adultos y niños», esta madre cocinó confiando en la calidad del agua abastecida en su zona del municipio, cuando hervir y cocinar intensifica los niveles de nitratos. Para su sorpresa el jueves pasado estos padres se enteraron de que el agua no era apta para el consumo porque vieron un post en Instagram.
«La negligencia del Ayuntamiento no se limita a que la señora Dolores Antonio no haga su trabajo y no lea sus correos. También es un fallo espectacular el no comunicar a los vecinos de Maó que no beban el agua», critica, «ningún folleto en la puerta, ni llamadas, ni mensajes de texto, ningún correo electrónico, ningún cartel en la calle, nada del Ayuntamiento, nada de Hidrobal, nada en sus webs».
Esta madre afirma haber contactado con prensa internacional y reservarse el derecho de emprender acciones legales contra la concesionaria y el Ayuntamiento.Su escrito remitido a «Es Diari» también ha sido enviado por mail tanto al alcalde, a quien acusa de apoyar a una persona «que no ha cumplido su trabajo», como a la concejala Dolores Antonio.