Los ayuntamientos de Maó y Es Castell actualizan sus respectivos padrones tributarios para la puesta al cobro de los recibos de la tasa de recogida y tratamiento de residuos, que ambos aprobaron a finales de 2023 coincidiendo con la puesta en marcha del sistema ‘puerta a puerta’.
Los dos municipios comienzan a aplicar una tasa que antes no cobraban para cubrir el coste de este servicio, que en el caso de Maó supone ingresar este año 1.675.545 euros, según el estudio económico de la ordenanza fiscal y la previsión de recibos a liquidar; en Es Castell se han presupuestado en 2024 unos ingresos por esta tasa de 750.000 euros. De este modo se cumple la exigencia por la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, de aproximarse al máximo a la autofinanciación del tratamiento de las basuras.
El alta en el Impuesto de Bienes Inmuebles conlleva el inicio de la prestación del servicio de recogida, por lo que el padrón fiscal de la tasa de residuos se configura y se depura a partir de la información del IBI que consta en las bases de datos municipales.
En el último trimestre del año
El periodo de cobro de este nuevo recibo en los dos municipios de Llevant se abrirá en este último trimestre del año, pero las bonificaciones a las buenas prácticas de reciclaje no se podrán solicitar hasta 2025, una vez que se cuente con este primer padrón y se hayan notificado de manera individual las liquidaciones de la nueva tasa.
Maó ya recoge estas posibles reducciones de la cuota en la ordenanza que se aprobó, en segunda votación plenaria, en noviembre de 2023, mientras que el Ayuntamiento de Es Castell trabaja en un borrador y en el análisis del padrón para fijar en qué casos se tendrá derecho a la bonificación del recibo. De momento ambos consistorios permiten beneficiarse de un 3 por ciento de descuento a los sujetos pasivos que tengan domiciliado el recibo.
Puerta a puerta
La diferencia entre ambos municipios es que Es Castell ya tiene en implantado en la totalidad de su territorio el sistema puerta a puerta –es el primero de la Isla en hacerlo–, mientras que en Maó quedan las dos últimas fases, que se prevén complicadas por afectar a barriadas con mucha población, como pueden ser Andrea Doria, Fort de l’Eau, Dalt Sant Joan, Plaça Eivissa, Ses Vinyes y Avinguda Menorca.
El Consorcio de Residuos y Energía, junto con el Ayuntamiento, están acabando de perfilar cuándo iniciar el sistema en estas zonas, pero parece más que probable que ya no dará tiempo a hacerlo este año, porque el calendario preveía dos meses de campaña informativa para cada una de estas fases, antes de comenzar. «Son dos implantaciones muy importantes», señaló ayer el director insular de Medio Ambiente, Mateu Aínsa, «representan prácticamente la mitad de la población de Maó».
Lo único bueno es que ahora, gracias a la gestión intachable de algunos, muchos ya no usareis agua potable para limpiar los cubos. Menorca va sobre ruedas, a la UCI.