Mientras el PP sigue pidiendo la dimisión del alcalde Héctor Pons por su gestión de la crisis del agua, desde Ara Maó aseguran que «en ningún momento las dimisiones han sido su objetivo», aunque consideran que la renuncia de la concejal de Urbanismo, Dolores Antonio, era «ineludible e inevitable», puesto que «su fallo fue monumental». Por ello, ahora piden que el equipo de gobierno se centre en explicar toda la verdad de lo ocurrido durante estos meses a la ciudadanía, y se concentren todos los esfuerzos en la búsqueda de soluciones a los problemas de funcionamiento de la planta desnitrificadora de Malbúger.
Guerra entre administraciones
Desde Ara Maó también critican lo que consideran que es una guerra de reproches entre el Consistorio y la Conselleria de Salud. «Ahora vemos que el Ayuntamiento ha iniciado una guerra con el Govern balear, y esto ya es lo último que nos faltaba por ver, porque si se dedican a cargar la culpa a los otros, difícilmente se podrá avanzar hacia una solución», lamenta el portavoz de la agrupación de electores, Jordi Tutzó.
Por todo ello, los antiguos socios de gobierno del PSOE en el Ayuntamiento insisten en que se les facilite toda la información relativa a la gestión del servicio de agua, y denuncian que todavía no se ha dado respuesta a su petición de realizar una auditoria informática. «Hidrobal está recibiendo todos los palos, y no digo que no se lo merezca, pero no tenemos datos para decir si la responsabilidad es del uno o del otro», señala Tutzó.