La llegada de los primeros recibos de la nueva tasa de basuras de Es Castell ha desatado la indignación entre los comercios del municipio, que protestan por las elevadas cantidades que tendrán que pagar y por la poca información que les ha llegado desde el Ayuntamiento.
El malestar entre los comerciantes se hace palpable en los escaparates de algunos establecimientos, en los cuales se pueden ver carteles de protesta por la manera como se ha implementado el nuevo tributo, que se calcula a partir de una cuota base de 80 euros, a la que se aplican dos coeficientes en función de la superficie y el tipo de negocio.
Falta de información
Para intentar canalizar el disgusto y buscar soluciones, los representantes de la Asociación de Comerciantes de Es Castell se reunieron ayer con los responsables municipales, a los que reprocharon, especialmente, la falta de información. «Hay mucha crispación y un descontento enorme entre nuestros asociados porque las tasas son muy elevadas, pero nosotros lo que hemos detectado, y así lo hemos transmitido al Ayuntamiento, es una desinformación total», señala la presidenta de la asociación, Núria Puig, quien también lamenta que las cantidades que se están cobrando son muy elevadas y, además, llegan «a final de año y después de los pagos trimestrales».
Por ello, la presidenta de la asociación de comerciantes anuncia que se están asesorando para poder presentar una propuesta al Ayuntamiento de cara al año que viene, «para que esto no vuelva a pasar». En el encuentro de ayer, los comerciantes también pidieron facilidades de pago para los comercios que no puedan hacer frente a la tasa, para que, como mínimo, «quien lo necesite, pueda fraccionar los pagos sin recargos». Entre sus demandas, también está la de aumentar el número de tramos de la normativa, algo que la revisión de la ordenanza que se ha aprobado para el año que viene ya contempla. «No es justo que un comercio que tiene 100 metros cuadrados pague lo mismo que uno de 20», señala Puig.
Pagar por lo que se genera
Uno de los establecimientos del centro del pueblo que ya saben lo que tendrán que pagar, es Click Fotografía, cuya propietaria, Mónica Martorell explica que en su caso el recibo sube a 560 euros, lo que considera un «disparate». «Entiendo que se tiene que pagar una tasa, como en el resto de pueblos, pero estos importes no son lógicos», remarca. Martorell cree que la variable de la superficie de los comercios no tendría que determinar lo que se paga, puesto que en su caso asegura que genera muy pocos residuos. «Mi local es grande, porque tengo un almacén, pero apenas genero residuos y saco el cubo cada dos semanas», enfatiza.
Por ello, recuerda que hasta el año que viene el Ayuntamiento no estaba obligado a cobrar la tasa, por lo que considera que se tendría que haber implantado de otra manera. «Las cosas se hubieran podido mirar bien y calcular la tasa en función de las personas que viven en las viviendas y de otras variables en el caso de los comercios, pero lo de ahora no tiene sentido», concluye.