«Hay una gran escasez de personal y, si acortamos aún más la vida profesional de los conductores con una jubilación anticipada, lo complica todavía más», deslizan desde las empresas ante las demandas de los chóferes que este lunes han secundado la primera jornada de huelga en Menorca. Ello, unido a que «los costes de la cotización a la seguridad social los debería asumir la empresa» en caso de rebajarse la edad de jubilación, complica aún más una situación ya enrevesada de por sí.
Este cóctel deriva en un relevo generacional que se presume cada vez más difícil. «Tan solo hay un par de conductores por debajo de los 40 años. La franja de edad de la gran mayoría de chóferes en Menorca se sitúa entre los 40 y los 60 años, aunque especialmente entre los 50 y los 60», explica Tolo Teixidor, presidente del comité de TMSA.
Un carnet de 4.000 euros
La posibilidad de tener tan siquiera una oportunidad para acceder al gremio de conductores se eleva hasta los 4.000 euros por la expedición del carnet de conducir y el Certificado de de Aptitud Profesional de los conductores (CAP), un precio que «no todo el mundo puede permitirse». «En un momento se llegó a comentar que tal vez se podría subvencionar la expedición del carnet para que no resulte tan caro. Así es normal que la gente mire hacia otros sectores», asevera el propio Teixidor refiriéndose al mismo tiempo al sueldo que perciben los conductores.
Y es que el salario es otra de las diversas reclamaciones que pide este colectivo, pendiente de negociar un nuevo convenio el próximo mes de enero. «La idea es que se mejore. Tanto el salario base como las condiciones de la jubilación se deberían mejorar bastante para que este trabajo fuese más atractivo y la gente joven puediese entrar en el sector», concluye el presidente del comité de TMSA.
La huelga general de chóferes celebrada ayer tuvo un seguimiento prácticamente total por parte de los conductores de autobuses de la Isla. La jornada de protesta para exigir la aplicación de una jubilación anticipada específica a los 60 años, entre otros reclamos, estuvo marcada por la confusión y las quejas por la falta de información entre los pasajeros, quienes sufrieron algunos contratiempos a causa de la movilización sindical.
Demandas de los chóferes
«Solicitamos la jubilación anticipada, pero el Ejecutivo no considera la penosidad y peligrosidad de nuestra profesión. De ahí que pidamos algo intermedio como es la aplicación de los coeficientes reductores», recuerda Antonio Carmona, presidente del comité de Menorca Bus, que pide junto a sus compañeros una equiparación a las condiciones de las que ya gozan otros profesionales como «pilotos de avión, bomberos o agentes de Policía Local».
«Viendo las estadísticas, uno percibe que el porcentaje de bajas a partir de los 55 años es muy superior al de otros gremios. Además, la mortalidad también se incrementa de forma sensible», añade Carmona.
El delegado de Menorca Bus, Carles Cortada, relata que «el manejo y la seguridad a los 60 años no es la misma que a los 40 o 50». «A partir de los 40 años, las personas empiezan a perder aptitudes para la conducción», incide. En su caso, Cortada ya ha llegado a los 60, la edad a partir de la cual estos conductores piden poder prejubilarse. «Ahora ya estoy luchando para los que vienen detrás de mí, porque yo ya no sé si lo voy a ver», concluye desconcertado el delegado.
El apunte
Los sindicatos auguran un mayor impacto en el paro del 11 noviembre
Los chóferes pertenecientes tanto al servicio regular como al discrecional de autobuses reconocen que la movilización de este lunes fue «algo descoordinada y precipitada».
Prueba de ello es que mientras 30 trabajadores de los comités de Menorca Bus y Central de Autocares, pertenecientes al Grupo Central, que aglutina «el 90 por ciento de los trabajadores del servicio discrecional», empezaron la jornada protestando frente a la Delegación del Gobierno en la Plaza Miranda, el comité de trabajadores de Transportes Menorca (TMSA), cuya huelga fue secundada por un 80% de la plantilla, lo hizo en la misma estación de autobuses de Maó.
A eso de las 12 horas del mediodía, estos últimos se unirían a los primeros en la concentración delante del edificio gubernamental. Habiendo dos semanas por delante hasta la segunda jornada de huelga prevista, los sindicatos aseguran que la movilización convocada para el 11 de noviembre tendrá un mayor impacto.