Los residentes de la calle Marino Benejam denuncian estar viviendo una situación de abandono por parte del Ayuntamiento de Ciutadella. Mientras que la apertura del Museo de la Fundació Numa ha posibilitado que gran parte de la calle haya sido completamente reformada, un pequeño sector de apenas 300 metros ha quedado totalmente desatendido, según indican los vecinos.
Es por ello que Lluís Pons, uno de los veinte afectados por este aislamiento, presentó una instancia en el Consistorio el pasado 24 de octubre solicitando una «unificación estética y funcional» de las dos mitades de la calle para que no exista una «discontinuidad», más que palpable en estos momentos, y «se mejore el estado de toda la vía como una sola unidad». «En teoría tienen un mes para contestarme. Aún no lo han hecho y tampoco confío en que lo hagan», dice resignado.
Desde que su madre se mudase a esta parte de Marino Benejam, ubicada justo encima de la zona de ocio del puerto de Ciutadella en 2017, las quejas por parte de la mujer han sido constantes. «Se acerca hasta el Ayuntamiento para hablar con un regidor o quien corresponga, pero siempre le dicen ‘que no se preocupe, que lo arreglarán’», explica Pons, señalando que de vez en cuando los operarios municipales se acercan a «cortar algunas palmeras o poner una papelera para residuos caninos». «Pero lo que es arreglar la calle no lo han hecho nunca», afirma con rotundidad.
El demandante exponía en su instancia que el estado de las baldosas de la acera es «deficiente» y «suponen un peligro», además de que el nulo mantenimiento de la vegetación urbana «propicia la aparición de roedores y otros animales no deseados». Esta vía, que carece de una placa que indique su nombre, también suele ser punto de reunión habitual para botellones y «algunas gamberradas» que acaban sufriendo los residentes.