«No salen adelante ni las obras menores, la revisión del deslinde de costa está afectando al desarrollo del municipio y genera un cuello de botella en Urbanismo, creemos que no es lógico», afirma el alcalde de Es Castell, Lluís Camps, quien critica la parálisis que está causando el trámite del nuevo deslinde del término municipal, reactivado en mayo de 2024, y que conlleva la suspensión de licencias en una fachada litoral de más de diez kilómetros. Ahora mismo el Ayuntamiento tiene seis solicitudes de licencias de obra menor y otras diez de obra mayor pendientes de informe de la Demarcación de Costas, ya que los proyectos se desarrollan en puntos del municipio que pueden verse afectados por el deslinde del dominio público marítimo-terrestre y su zona de servidumbre de protección.
Esos son los permisos ya en lista de espera, pero a ellos se suman consultas en marcha que se convertirán en más peticiones, «generando presión sobre el departamento, sobre los técnicos y el Ayuntamiento en general, por parte de los propietarios interesados y también constructores», explica el alcalde, «empieza a afectar a la economía del municipio», añade, porque esos proyectos parados suponen que el Consistorio deja de ingresar por las licencias y tampoco se mueve la inversión ni se genera empleo.
Fonduco
Una de las zonas más afectadas por la tramitación del deslinde costero es el Fonduco, en el límite portuario con Maó. El gobierno local tiene «todo listo», asegura Camps, para dar luz verde a un esperado proyecto, la reforma y modernización del edificio del antiguo Miramar, para uso de hostal y restaurante. El inmueble acumula años de deterioro y está en primera línea, afeando la imagen del puerto que Es Castell comparte con Maó.
En febrero del año pasado trascendió que una sociedad francesa había adquirido el viejo hostal y había presentado un proyecto al Ayuntamiento para recuperarlo y mantener el uso hotelero, con una inversión estimada de un millón de euros.
«Tiene todos los informes favorables, solo falta el deslinde, si Costas diera su visto bueno esa misma semana se podría tramitar para que comience su rehabilitación». Hay otros establecimientos históricos del Fonduco que por su interés patrimonial y también por seguridad, subraya el alcalde, urge arreglar.
Entre ellos está otro edificio antaño emblemático, el restaurante Rocamar, también sumido en el abandono. Otra zona plenamente afectada por el deslinde es Cala Sant Esteve, a la que se suman edificios del pueblo en las calles Victori, Sant Ignasi, Santa Àgueda, la cuesta de Calesfonts y el Moll d’en Pons entre otros puntos, todos ellos próximos al mar. El Ayuntamiento ha reiterado las alegaciones que ya planteó cuando en julio de 2021 la Demarcación de Costas de Balears acordó incoar un nuevo expediente de deslinde que posteriormente caducó, quedando la situación como en 2010, es decir, con una zona de servidumbre de protección de veinte metros, cuando se pretendía aumentar a cien. Es Castell alega al expediente de 2024, como ya hizo hace tres años, que no tiene sentido aumentar la servidumbre a cien metros en zonas que ya están urbanizadas; reclama que se mantenga la línea histórica, ya que zonas como el Fonduco, recuerda el alcalde, están consolidadas y existen pruebas fotográficas de ello que datan de 1956.
El Ayuntamiento ha creado una plaza de arquitecto de refuerzo, el segundo para Urbanismo, con el fin de agilizar trámites y licencias, respondiendo así a las demandas de particulares y de arquitectos, aparejadores y constructores, «pero la Administración de Costas nos condiciona», lamenta el alcalde.
Es una zona estratégica del puerto, con gran visibilidad y potencial económico para la Isla. A veces me da la sensación de que tienen miedo de que alguien se haga rico.... ¿Mejor así, todos pobretones...? Y dejando una zona que podría ser Premiun en un nido de ratas y okupas. Da pena.