La Conselleria de Educación está trabajando en un reajuste del proyecto de construcción de la nueva sede del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Menorca, ya que se ha comprobado que las necesidades que se plantearon inicialmente desde la dirección del centro no tienen cabida en la parcela que ha cedido el Ayuntamiento en la zona de Dalt es Cós.
Ante la imposibilidad de acomodar todas las peticiones del centro en el solar del Cós de Gràcia, desde Educación se ha llagado a plantear la posibilidad de construir el nuevo edificio en una parcela de la zona de Bintalfa, junto a los institutos, algo que el claustro de profesores ya ha rechazado.
La parcela alternativa que Educación ha puesto encima de la mesa coincide con el espacio donde el Plan de Infraestructuras Educativas del Govern prevé construir, a largo plazo, un nuevo centro integral de Formación Profesional, que se sumará al nuevo centro de FP de Es Castell, que se ubicará en el antiguo cuartel Conde de Cifuentes.
Proyecto desproporcionado
Desde Educación señalan que, cuando se planteó el proyecto para construir una nueva sede del Conservatorio, que inicialmente debía ubicarse en la Sala Augusta, la dirección del centro les hizo llegar una lista con las necesidades que debían ser cubiertas en el nuevo edificio. Ahora, ante la constatación de que en la parcela cedida por el Ayuntamiento no hay espacio suficiente para atender todas estas peticiones, desde la Conselleria se ha preguntado a los profesores qué opción preferían: reajustar a la baja el proyecto en la ubicación del Cós de Gràcia o mantener las pretensiones iniciales en una ubicación alternativa.
El profesorado ha preferido, por unanimidad, quedarse en la zona de Dalt es Cos, por considerar que el traslado de los alumnos a la zona de los institutos es inviable, especialmente el de los más pequeños que cursan el grado elemental. Por ello, se decantan por mantener la sede dentro de la ciudad, aunque tengan que rebajar sus pretensiones iniciales.
Tanto desde la Conselleria de Educación como desde el Ayuntamiento consideran que las demandas iniciales de la dirección del centro estaban sobredimensionadas, por lo que, en realidad, el proyecto se acabará ajustando a las necesidades reales del centro. Señalan, por ejemplo, que en un primer momento se habían planteado hasta nueve aulas de danza, lo que se considera desproporcionado.
Declaración de interés autonómico
La imposibilidad de dar cabida a las peticiones iniciales de la dirección del Conservatorio en la parcela de Dalt es Cós cedida por el Ayuntamiento se debe a las restricciones que impone el Plan General de Ordenación Urbana de Maó (PGOU). Para ganar metros cuadrados, una posible solución sería utilizar la declaración de interés autonómico del proyecto, que permitiría flexibilizar los parámetros urbanísticos, aunque desde el Consistorio aseguran que dicha declaración se solicitará para agilizar los trámites. Desde la Conselleria señalan que, para dar cabida a las necesidades planteadas inicialmente por la dirección, serían necesarias hasta cuatro alturas, por lo que ahora se plantea la rebaja del proyecto.
La pregunta es sencilla: ¿quién decide primero el solar y luego intenta encajar, a martillazos, un centro educativo especializado como si fuera una caseta de feria? ¿Tan difícil era empezar por conocer las necesidades del Conservatorio y, a partir de ahí, buscar un espacio adecuado? La educación musical y artística lleva años pidiendo dignidad, y lo que recibe son parches, improvisaciones y promesas que se desinflan en cuanto chocan con la realidad del terreno —literalmente. No basta con “hacer algo”, hay que hacerlo bien. Porque rebajar proyectos no es solo una cuestión técnica: es una señal de hasta qué punto seguimos tratando la cultura como un lujo prescindible y no como un pilar fundamental. Ojalá algún día dejemos de conformarnos con lo “posible” cuando lo que se necesita es lo necesario. Y que, por una vez, se construya un conservatorio donde la música no empiece ya desafinada desde los planos.