Cerca de 200 personas y catorce entidades locales convocó la manifestación celebrada este domingo en la Isla, en el marco de la Diada dels Camins Públics, con el objeto de reivindicar el derecho a transitar libremente por las sendas rústicas e históricas menorquinas y reclamar por eso que la Administración reconozca los caminos ya catalogados, además de que defina con claridad qué ocurre con aquellos cuya titularidad es dudosa.
Concertar acuerdos para poder usar la servitud de paso en dichos caminos o en su defecto, ejecutar una expropiación de la misma –que no del tramo entero ni de la finca–, son otros planteamientos que en esencia se defienden, y que contribuyó a visibilizar la convocatoria del pasado domingo, que consistió en una caminata por varios de esos enclaves y parajes.
Bep Marí, de la agrupación Amics del Camí d’en Kane, una de las principales impulsoras de la jornada, y Gonçal Seguí, de Agenda Local 21 de Es Castell, se mostraron satisfechos con la respuesta de la gente para con la misma y celebraron que el catálogo de caminos ya esté aprobado en seis de los ochos municipios de la Isla –restan Alaior y Es Migjorn Gran–, si bien con el matiz de que el proceso «no puede acabar allí», sino que cabe seguir «trabajando e investigando».
La caminata reclama la servidumbre de paso y definir la propiedad dudosa.
«Hay que inventariar los caminos, hacer el registro de propiedad, definirla en aquellos en que es dudosa...», enumeran Marí y Seguí, a quienes en ese sentido «preocupa» los distintos contenciosos abiertos. Cinco en Ferreries, más de uno en Ciutadella... contando solo con fecha de juicio para uno, en octubre de 2026, lo que anuncia que la problemática «va para largo».
Según revisa Bep Marí, la situación del Camí del Nord, en el término de Es Mercadal, «que es público, pero está cerrado», o lo ocurrido en el Camí de Binimoti, en Ferreries, ejemplar en cuanto a lo que sucede cuando la Administración «deja de hacer» su trabajo de mantenimiento, «y el propietario lo cierra y nadie dice nada», son paradigmáticas en lo referente al tipo de frentes en que batallan las entidades en defensa del uso público de esos caminos rústicos.
Al respecto, desde Amics del Camí d'en Kane se ofrecen para ayudar, «pues entendemos que las instituciones carecen de suficientes recursos para ello, de hecho, ahí está nuestra labor en el Camí Reial», remata Bep Marí. Y concluye por su parte Gonçal Seguí; «Es Castell catalogó 95 caminos, reconoció 66 como públicos, de los que quince son de titularidad dudosa y hay que abrir un expediente de investigación... ¿pues a qué esperan?».
Un aspecto clave en el interés por desbloquear la cuestión y conceder paso libre en dichas sendas es evidente; no tener que rodear un núcleo o un pueblo por no poder cubrir un tramo privado de menos de un kilómetro, y un ejercicio práctico de esta teoría se desarrolló durante la «Diada dels Camins», al cruzar un camino privado, en la zona de Cala en Porter, al sur de Alaior, «que es la única forma de pasar de un tramo público a otro que también lo es sin necesidad de volver a Alaior», detalla en ese orden Anselm Barber, del Centre d’Estudis Locals de Alaior.
Un recorrido, por otra parte, que no es nuevo, puesto que ya lo hacían en otra época «los pagesos y los ‘missatges’ para ir a trabajar», sigue Barber, lo que al margen valdrá para confirmar que una vez el catálogo de caminos esté a punto, «faltará algo más», y sobre lo que en su día ya se advirtió al Consell, por lo que habrá que hacer «una modificación del PTI o hacer una nueva ley», para poder «usar esos tramos de camino que son privados», finaliza Barber, y a lo que la mera catalogación no incluye ni ofrece solución.
La expropiación al vecino con dinero público siempre es bien vista por algunos.