A Joan Baldoví Roda (Sueca, 1958) la gente lo para por las calles de Alaior para saludarlo.«Es por la tele», asegura, modesto. Lo cierto es que transmite cercanía. Es diputado en las Corts Valencianes tras su paso por el Congreso de los Diputados durante más de diez años como representante de Compromís. Regresa a la Isla 25 años después de su última visita para participar hoy (20 horas, Sala de Cultura de Sant Diego) en el acto del 721 aniversario de Alaior.
El título de la ponencia es «Pasión por la política útil». Probablemente en un parlamento no habría consenso sobre qué es política útil.
—Consiste en dejar tu pueblo mejor de cómo lo cogiste, hacer que los vecinos se puedan sentir representados. Ayudar a que cada pueblo sea más amable, habitable, civilizado.
Hay quien opina que todos los políticos son unos inútiles. ¿Es fruto del desencanto? ¿Tiene que ver con el ascenso de la extrema derecha?
—Me revelo siempre que escucho que todos los políticos son iguales o inútiles, porque me niego a aceptar este marco que algunos quieren proponer, justamente para hacer antipolítica. Sin política las cosas serían mucho peores. Es el único instrumento que existe para mejorar la vida, avanzar.
¿Surge de forma interesada?
—Sí, muy interesada, para desprestigiar la democracia.
¿Está en peligro?
—Empecé mi trayectoria política joven, en la clandestinidad, y nunca pensé que volvería a ver ahora algunas de las cosas que vi en los inicios de la democracia, algunas actitudes. Y nunca pensé que algunos harían ostentación de su ignorancia, de su desprecio hacia las instituciones. Tenemos que reaccionar los que creemos en la democracia, porque vemos cosas que ponen en peligro el mejor sistema, con defectos, para resolver las cosas.
¿En los ayuntamientos se realiza la política más útil?
—Todos los políticos deberían empezar en el ámbito municipal, aprender a decir no, la política de proximidad, de salir a la calle y que te encuentres al vecino que te cuenta su problema, que para él es el más importante.Sí, la más próxima es la más útil.
¿A medida que se asciende de ámbito se pierde utilidad?
—Cuando vas subiendo a altos niveles, como el Congreso, es importante recordar siempre de dónde vienes. Tienes de visualizar como afectarán las decisiones que tomas a cada persona, a cada vecino, a Manolo, a Paquita.
Vamos a la DANA. Se habla más de Carlos Mazón que de víctimas y reconstrucción. ¿Es una consecuencia negativa más de cómo se hicieron las cosas? ¿Nos hemos olvidado de Manolo o Paquita?
—La política es tomar decisiones, estar donde tienes que estar y asumir responsabilidades, por lo que es importante que se siga hablando de un presidente que no estaba donde debía estar, que no tomó las decisiones necesarias para salvar vidas, más pendiente ahora de salvar su cuello que de Manolo o Paquita. Es evidente que hay que enfocarnos en reconstruir, pero sin dejar de lado que tenemos un presidente indigno que abandonó a su gente el día más funesto de nuestra historia reciente.
Con este tema ha subido usted el tono de sus intervenciones, cuando siempre se le había visto moderado.
—Es que hay 228 muertos porque las autoridades avisaron demasiado tarde. Si se hubiese actuado como se debía, el número de víctimas sería sensiblemente inferior. Tengo que subir el tono, es lo que me piden los familiares de las víctimas ante un presidente que no puede salir a la calle, que no puede pisar su territorio, que en la romería de su ciudad huye fuera del Estado para no dar la cara. Lo tengo que hacer por la gravedad del tema.
¿Si hubiera pedido perdón o dado explicaciones habría aliviado el dolor, se le habrían aceptado las disculpas?
—Claro. Poco después de la tragedia dije que era el momento de estar a su lado. Pero desde entonces no ha pedido perdón a las víctimas, no quiere dimitir y ha contado 600 versiones. Miente y no puede continuar como presidente. Tiene que pedir perdón, como mínimo. Se lo piden las familias.
¿Ayudaría a cerrar el duelo?
—Es lo mínimo. El presidente ha perdido la humanidad y mantiene una actitud de chulería, de bravuconería respecto a la oposición.
Pasamos al Estado. ¿Es posible una convivencia estable en un Gobierno de las izquierdas?Ahora la fricción es por el gasto en defensa...
—Renunciar a ello es renunciar a poder gobernar. Es posible.El presidente del Gobierno y el PSOE deben entender que no tiene mayoría absoluta y cuidar la relación con sus socios para que tengan continuidad.El ruido, los desacuerdos, nos hacen más daño a las izquierdas que a la derecha.
Y las izquierdas alternativas... Sumar, Podemos...
—Es posible entenderse. Lo hemos demostrado. Compromís ha sido capaz de pactar con todos.Es lo que la gente valora. Tenemos de ser capaces de sumar, no dividir. Algunos deben entender que nadie tiene la verdad absoluta y todos somos necesarios, porque el ruido nos perjudica. El elector de izquierdas castiga mucho este ruido.
¿Es más crítico?
—Mucho más. El elector de derechas con dos avemarías le perdona todos los pecados a los suyos.
¿Cómo en la Comunidad Valenciana, donde el PP gana pese a la corrupción pasada?
—Y en Balears. Los han perdonado, pese a su empeño enfermizo en destruir los servicios públicos y haberse ensuciado con casos de corrupción. La memoria del elector de derechas es más a corto plazo, más permisiva. La izquierda es más crítica. La derecha sabe amplificar su mensaje, tiene más canales para hacerlo.
¿Está al tanto de lo que ocurre en Balears?
—Sí, somos territorios muy similares, con el turismo omnipresente. Son realidades paralelas.
¿El turismo y el acceso a la vivienda son compatibles?
—Es evidente que la llegada descontrolada de turistas afecta al mercado de la vivienda.Hace 25 años no existía este problema en Alaior. En vivienda no hay fórmulas mágicas. Hay que actuar a largo plazo, con más vivienda social. Solo lo puede hacer la administración. Dejar que el mercado actúe sin más es lo que provoca la situación actual. El turismo indiscriminado tiene consecuencias, y una es esta tensión con la vivienda.
Compartimos lengua propia. ¿En la Comunidad Valenciana está el tema peor que aquí?
—Los gobiernos de ambos territorios comparten la obsesión por acabar con nuestra lengua. Se ven noticias calcadas en ambas partes. No obstante, el pueblo es mucho más resistente y en mi tierra lo ha demostrado con una consulta promovida por un conseller genocida del valenciano en la que los ciudadanos han apostado por esta lengua en la enseñanza.
@Menork338, primer de tot , no sóc d'en Sánchez ni des seus. Sóc una persona simplement democràtica i lliure de dir el que pensa. Vostè usa aquest mitjar per fersa propaganda, tergiversant tot el que llegeix. Va de polític però dels dòlmens. Que passi un bon dissabte.