El aspecto que presenta el Prat de Son Bou, zona húmeda natural que linda con la playa de la urbanización alaiorense, supone una notable mejoría en parangón al que acreditaba hace un año por estas fechas.
Entonces, el humedal se llenó de mosquitos y ratas, además de desprender un hedor molesto, fundamentalmente a causa de la falta de drenaje natural en la zona, dadas las pocas lluvias que cayeron sobre la Isla en 2024, y al deterioro de la mina natural. Se trata también de un punto en el que convergen tres depuradoras distintas, lo que habría tenido su influjo en la desproporcionada acumulación de agua y su estancamiento, con la consiguiente proliferación de insectos, roedores y malos olores.
Hace un año. Detalle del humedal de Son Bou doce meses atrás, cuando estalló el problema y en la zona se acumuló gran cantidad de agua, que se llenó de insectos, ratas y desprendía malos olores. | Katerina Pu
Ahora. La imagen, captada esta semana, ilustra una mejoría evidente del enclave, en el que se ha intervenido durante este mes de abril. Las delimitaciones de la laguna se aprecian mucho más marcadas. | Katerina Pu
A partir de la intervención que se ha llevado a cabo durante el presente mes de abril –el lugar, aunque enclavado en Alaior, y que también ha tenido su impacto para con Es Migjorn Gran al afectar a Sant Tomàs, depende de la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern–, y que ha consistido en recuperar la mina de Atalis, la problemática en principio ha remitido. «El paso, lo que es la mina, ya se ha limpiado y está abierto», por lo que el agua tiene curso hasta el mar, explican en ese sentido desde el Ayuntamiento de Alaior. También lo confirman algunos trabajadores de la zona, que aprecian una mejoría en relación al aspecto que presentaba el prado doce meses atrás. No en vano, y también a causa de la DANA de agosto de 2024, la desembocadura del Prat tuvo que mantenerse cerrada entre los días 24 y 28 del citado mes. Con la intervención de maquinaria específica, se pudo entonces estabilizar la situación.
«Está arreglado y esperemos que funcione», se insiste con la perspectiva de este verano desde el consistorio de Alaior. Según el estudio que han elaborado los técnicos, se ha actuado donde había el problema. Y no se aprecia agua estancada en grandes proporciones, como sí ocurrió hace un año, en las zonas más aledañas a la urbanización y un hotel rural que localiza en ese enclave.
Hacia la parte de la gola de la mina, también según el estudio de los técnicos, fluye un adecuado nivel de agua; la intención es evitar que se seque. Y lo que se abrió de forma natural, también se cerrará de modo natural, quedará taponado con la arena, «pues así ha funcionado siempre la naturaleza» arguyen desde el Ayuntamiento de Alaior.
Por el momento, las lluvias caídas sobre la Isla durante la reciente Semana Santa y en fechas precedentes no han erosionado la zona en que se ha intervenido en estas últimas semanas, por lo que en principio «la cosa va por buen camino».
La expectativa es aguardar a como responde esa intervención cuando las mareas sean cambiantes, lo que dictaminará el grado de éxito de la misma. Pero de momento, el Prat de Son Bou luce mucho mejor que hace un año.
Gracias a Dios.