El calor y la llegada del buen tiempo despierta a las serpientes, que reactivan su ritmo vital y comienzan su periodo reproductor. Esto, sumado a las salidas de la población a la naturaleza para disfrutar del clima, hace que aumenten las posibilidades de tener un encuentro fortuito con estos reptiles.
Si a finales del mes pasado una culebra de escalera (Rhinechis scalaris) sorprendía a una turista cerca de la Platja Gran de Ciutadella, hace unos días una culebra viperina (Natrix maura) causaba asombro entre los bañistas que se encontraban en la playa de Son Saura.
Así lo recoge un vídeo compartido a través de las redes sociales, que muestra el cuerpo serpenteante de una culebra viperina. De color marrón cobre con manchas negras, se encontraba en el canal junto a la playa de Son Saura, en la costa sur de Ciutadella.
Se trata de la única serpiente acuática de las tres especies que hay contabilizadas en Menorca. Vive en zonas húmedas y se alimenta de pequeños anfibios. Si se siente atacada, contrae los músculos y hace su cabeza más triangular, emitiendo bufidos y amagando diferentes ataques en los que solo golpea sin llegar a morder.
Las otras dos serpientes que se pueden avistar en la Isla son la culebra de escalera, la más abundante y grande, que se alimenta de vertebrados como ratas y ratones, y la culebra de cogulla (Macroprotodon mauritanicus). Esta última es la menos común y es la única que inocula veneno, aunque no afecta a los humanos. Únicamente inyecta esta sustancia para paralizar a sus víctimas y tragárselas.
A las tres se las considera de introducción histórica, habiendo llegado a Menorca, probablemente, en barco durante la época romana. No suelen representar ningún peligro para las personas.
Sgto. Pedro MarquésMala hierba nunca muere…