La inversión se anunció para el año 2022, pero no ha sido hasta ahora que el IB-Salut ha sacado a licitación las obras del nuevo Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) en el centro de salud Verge del Toro de Maó. Su entrada en funcionamiento significará el cierre de las actuales urgencias de Dalt Sant Joan y la concentración del servicio en un único punto de la ciudad.
La mejora forma parte del Plan de Infraestructuras del Servicio de Salud y pretende dar respuesta a la necesidad de espacio que sufre actualmente el SUAP para atender las urgencias de la población de los municipios de Maó, Sant Lluís y Es Castell, que suman 45.200 tarjetas sanitarias individuales.
La actuación sale a concurso ahora por 1,19 millones de euros, cuando inicialmente se había estimado un coste de 80.000 euros. Las empresas interesadas disponen hasta el 15 de julio para presentar ofertas y el plazo previsto de ejecución de las obras será de 12 meses.
Las nuevas urgencias de Maó se ubicarán en la planta sótano del centro sanitario, situado en la calle de Barcelona, y ocuparán una superficie de 484 metros cuadrados, lo que representa multiplicar el espacio del SUAP actual.
El nuevo equipamiento
Habrá cuatro consultas, una sala de curas con dos camillas, una sala de recuperación cardiorrespiratoria y una zona de admisión con sala de espera y aseos para los usuarios, mientras que la zona exclusiva para el personal del centro constará de una sala de estar con sala para reuniones y sesiones de formación, un despacho y un dormitorio. Por otra parte, se mantendrán los espacios de almacén y vestuarios que hay actualmente en el sótano.
Las obras también prevén mejoras en el exterior del edificio para ampliar la puerta de entrada, que estará en la calle de Sant Pere, y reestructurar y reubicar las ventanas para adaptarlas a la nueva distribución de los espacios y aportar más luz natural al interior. Además, se corregirá ligeramente la pendiente de acceso y se habilitará una zona de estacionamiento para ambulancias cerca de la entrada.
... el primer y peor error fue mantener el nombre franquista filo nazionalcatólico del edificio, que no sé qué desgraciado funcionario le puso en su día... eso es un HOSPITAL, no un edificio confesional... acabáramos...