El diputado socialista en el Parlament, Marc Pons, se mantiene en la nueva Ejecutiva Federal del PSOE tras la reorganización interna llevada a cabo por el partido para relevar al círculo de confianza de Santos Cerdán. El menorquín admite que los socialistas atraviesan momentos complicados, pero asegura que dentro del partido existe la voluntad de sacar adelante la legislatura.
Pedro Sánchez se ha forjado una leyenda de resistencia. ¿Logrará aguantar esta vez y acabar la legislatura?
—Es cierto que el PSOE está pasando unos momentos muy difíciles. Pero en el Comité Federal todos los secretarios generales de las federaciones, a excepción de Castilla-La Mancha, dieron su apoyo a Pedro Sánchez. Y en el Congreso ninguna de las fuerzas políticas que apoyaron la investidura se ha desmarcado, por lo que Sánchez sale reforzado del debate. Esto supone que todavía hay legislatura por delante. Creo que tenemos un presidente del Gobierno con la fortaleza, el estado de ánimo y la capacidad para seguir impulsando proyectos buenos para el país.
¿No hay un creciente malestar dentro del PSOE?
—En el PSOE siempre ha habido discrepancias, pero en los espacios donde se fijan las posiciones y habla la gente con responsabilidades, como el Comité Federal, vimos un apoyo directo a Sánchez. Hay unidad y voluntad clara de superar la situación. Con la conciencia de los errores cometidos, pero también con la responsabilidad que representa la gobernabilidad. Las aportaciones que se han hecho a lo largo de estos siete años, a nivel económico, laboral, ambiental o internacional son positivas y por ello vale la pena seguir.
Sánchez llegó al Gobierno en 2018 enarbolando la bandera de la anticorrupción después de las sentencias del caso Gürtel, y ahora nos encontramos ante otro caso de presunta corrupción, en este caso en el PSOE. ¿Esto no causa desafección y fomenta el ‘todos son iguales’?
—Hay que recordar que la moción de censura se produjo después de una sentencia firme del caso Gürtel. Ahora, cuando ha habido indicios más que suficientes con relación a cargos del PSOE, han sido cesados y expulsados del partido. Son situaciones que no son comparables, pero somos conscientes de que esto provoca una situación de complejidad para nosotros.
En un partido como el PSOE, que reivindica el feminismo, los audios entre Koldo y Ábalos en los que hablan sobre prostitución son especialmente graves.
—Es muy grave y los audios duelen mucho. De ninguna manera pueden representar los principios del PSOE, y delante de esto solo se puede expulsar y pedir responsabilidades.
¿Serán suficientes las nuevas medidas anticorrupción anunciadas por Sánchez?
—Hay dos planos distintos. Por un lado, las medidas que presentó Sánchez en el Comité Federal para reducir al máximo cualquier posibilidad de corrupción con mecanismos internos de partido, como las dobles firmas o las inspecciones aleatorias. No hay ningún otro partido en España que tenga mecanismos de control con este nivel de exigencia. Y el pasado miércoles vimos las medidas que planteaba a nivel de Gobierno, que la mayoría de socios de investidura han visto bien.
Cuando se habla de corrupción, no se suele poner el foco en las empresas corruptoras. ¿Esto tendría que cambiar?
—La corrupción no solo es cosa del corrupto, también es de quien corrompe. Y, por tanto, tiene que haber una lista negra de empresarios, hay que reforzar oficinas y tienen que haber mayores controles aleatorios. Todas estas medidas van en la buena dirección. Pero es cierto que para que se dé la corrupción tiene que haber dos actores. Si hay empresas que se han dedicado a corromper personas con responsabilidad institucional, también tiene que haber una responsabilidad para ellas, y que quizá no puedan seguir trabajando para la administración pública durante un tiempo determinado. Y por cierto, del PP no hemos oído ninguna medida que ayude a combatir estas situaciones.
¿Por qué estas medidas no se habían propuesto antes?
—A lo largo de la democracia el nivel de exigencia de la ciudadanía ha obligado a que cada vez haya mayor transparencia en las decisiones, pero evidentemente esto nos es suficiente, porque siempre se dan nuevas casuísticas. Por lo que tenemos que aprender de los errores cometidos para evitar que se vuelvan a producir. En Balears hay que recordar que el Gobierno de Marga Prohens ha cerrado la oficina de lucha contra la corrupción, por lo que todavía vemos planteamientos que van a la inversa.
¿Qué tiene que hacer la izquierda para recuperar la iniciativa?
—La iniciativa de gobierno no la hemos perdido, porque mientras estamos inmersos en la crisis provocada por Santos Cerdán, el Gobierno sigue funcionando. Por ejemplo, hay que poner el foco también en las cosas que se han hecho para mejorar la vida de la ciudadanía. Tener la valentía de decirle a Donald Trump que no dedicaremos el 5 por ciento del PIB a armamento, porque supondría devaluar el estado del bienestar, tiene un valor político enorme. Y esto pasa desapercibido, pero es fundamental para los servicios públicos.
¿El país vive una tensión política difícil de soportar?
—Hay pocas dudas de que determinadas entidades y algunas fuerzas políticas han decidido incrementar el nivel de crispación verbal, judicial y mediática con la finalidad de desgastar al Gobierno. Se persigue crear un clima político y social de excepcionalidad, que yo creo que tampoco se corresponde con la mayoría de la ciudadanía.
Usted se mantiene como único miembro balear de la Ejecutiva Federal del PSOE, como secretario de Transición Justa.
—Mis áreas de competencia dentro de la Ejecutiva Federal son la política medioambiental y energética. De manera que tengo la responsabilidad de fijar posición de partido en estas materias. Las políticas de los socialistas de Balears, y de Menorca especialmente, en materia ambiental y territorial son referentes, y mi nombramiento también es un reconocimiento a esto.
Pues nada, ese es el nivel. Progresas si sabes tragar lo suficiente. Viva el amado líder ...