La inauguración y apertura de la nueva piscina municipal de Maó, ocurrida hace algo más de dos semanas, ha sido un motivo de alegría y de celebración en lo social, puesto que se trata de una instalación largamente demandada. Sin embargo, esta no escapa de cierta crítica y controversia.
El motivo, que el proyecto final ha prescindido de la rampa de acceso al agua en detrimento de la denominada silla hidráulica, lo que, argumentan y denuncian algunos usuarios potenciales de la instalación, resta independencia a personas en silla de ruedas o movilidad reducida.
Asimismo, la ausencia de esa rampa de accesibilidad en la nueva instalación municipal viene a vulnerar, según cita y detalla José Antonio Fortuny en su columna en este diario del pasado día 16, la Ley 8/2017 de Urbanismo de las Illes Balears, en su artículo 3.1.f); el Decreto 110/2010 (y su sucesor, el Decreto 1/2023); y el Código Técnico de la Edificación (CTE), en su Documento Básico de Seguridad de Utilización y Accesibilidad (DB-SUA 9). En esencia, refieren a la necesidad de garantizar la accesibilidad universal y el diseño para todos los usuarios en una construcción de ámbito –y para el uso– público.
Contrariados
Por todo ello, las quejas se direccionan a que ha existido discriminación para con personas con dificultad o imposibilidad para hacer la transición a la silla hidráulica o mantener el equilibrio sobre ella, a las que no se habría tenido en cuenta en el momento de optar por prescindir de la citada rampa, y sugieren la necesidad de recuperar, al respecto, el proyecto inicial.
Un proyecto inicial en el que la rampa sí estaba contemplada. La supresión de su ejecución en la obra final, y según explican desde el Ayuntamiento de Maó, estuvo motivada por la petición de varias entidades que darán uso a esta nueva piscina –de finalidad social, más que deportiva–, y que fueron consultadas por el propio Consistorio.
Además, el Ayuntamiento asegura que la decisión igualmente obedece a un criterio técnico, que por otro lado permite que la piscina cuente con dos calles más y por tanto, de más espacio para los usuarios.
Y recuerdan que no ha sido este el único cambio que se ha llevado a cabo en relación al proyecto inicial, que también ha incrementado la profundidad de la piscina. Desde el Ayuntamiento, por último, replican que la silla hidráulica cumple con el mismo uso que la rampa de accesibilidad.
Vamos a ver esta piscina es especialmente para niños y personas con movilidad reducida,que más da que haya dos carriles más. Cuanta ineptitud,con lo que ha costado que la construyeran. De pena :(