Menorca se consolida como la región de España con más piscinas por habitante. La actualización del censo oficial, publicado ayer la Dirección General del Catastro en pleno debate sobre la escasez de recursos hídricos, eleva el recuento de este tipo de instalaciones a 10.506 en un territorio de poco más de 100.000 residentes con 200 kilómetros de costa e infinidad de zonas de baño a escasos 20 minutos de su punto más interior. En estos momentos hay al menos una piscina –las hay que se escapan a los registros– por cada 9,6 habitantes, cuando en el conjunto de España la ratio es de una por cada 36,3.
El censo de piscinas controladas por el Catastro revela una importante aceleración de su ritmo de construcción en la Isla –o detección a efectos del recargo en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)–. Solo en el último ejercicio se han sumado al registro 336 nuevas instalaciones, una media de más de seis a la semana, prácticamente una al día. Este incremento interanual, del 3,3 por ciento, es el más elevado de la joven serie histórica que ofrece el ente dependiente del Ministerio de Hacienda, que se remonta a 2022. El año pasado el repunte fue del 1,4 por ciento, con 145 piscinas más que en 2023.
He aquí la consecuencia del constante goteo de autorizaciones que pueblan las juntas de gobierno municipales a lo largo del año, con incesantes proyectos de instalación de piscinas principalmente en chalés ubicados en urbanizaciones, pero de manera creciente también en casas entre medianeras de los distintos núcleos urbanos. El gran peso que tienen las segundas residencias, viviendas y apartamentos turísticos en comparación con la población residente hace que ningún otro territorio resista la comparación de ratios por población. Ni tan siquiera las islas vecinas.
El contraste con Eivissa es especialmente llamativo. La pitiusa tiene unos 60.000 habitantes más que Menorca y el doble de visitantes; sin embargo, solo cuenta con 977 piscinas más. Allí se registra una instalación por cada 14,2 residentes cuando en la Isla, como hemos visto, hay una por cada 9,6. En Mallorca la ratio se eleva a una piscina por cada 16,3 habitantes y en Formentera a una por cada 21,5. La comparación con el resto de Balears es oportuna porque el Archipiélago, con una media de 15,5 habitantes por piscina, es la comunidad autónoma que lidera holgadamente un ranking nacional que llama a la reflexión.
Un modelo constructivo
El gran número de piscinas registradas en Menorca ha llamado poderosamente la atención del Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam). Su director, David Carreras, subraya que «el modelo constructivo de chalé, jardín y piscina dispara el consumo de agua en relación al que se observa en los núcleos urbanos y también en los hoteles». Explica que en los núcleos urbanos se dan medias de consumo de entre 100 y 150 litros por persona y día mientras que en urbanizaciones de costa con preponderancia de viviendas unifamiliares esas medias se pueden elevar a 600, 700 o incluso 900. «Hay que poner énfasis en esto porque es planificación urbanística y se tendría que evitar».
Carreras explica que no se trata de oponerse a las piscinas, pero sí de velar por un uso responsable de las mismas. En ese sentido apunta a algunas medidas que reducen el consumo de agua, como cubrirlas para evitar la evaporación y minimizar la necesidad de rellenarlas, el uso de cisternas para almacenar agua y la imposición de límites a los consumos abusivos de agua. Hace estas reflexiones en un momento en que los últimos datos de las reservas hídricas de la Isla, del mes de junio, las sitúan en el 42 por ciento, el nivel más bajo a estas alturas del año desde hace al menos una década.
¿Y la mega piscina municipal que ha hecho el alcalde en mahón no cuenta como despilfarro de agua? ¿Y luego no nos deja limpiar los barcos a los que trabajamos de ello? Ah, que es una cuestión de votos y demagogia barata del flautista… Claro. ¿Y el auto lavado de la gasolinera? Pero no puedo o regar mi jardín… Este alcalde es muy mediocre. Y mala persona.