La plaza Constitución de Maó es testigo desde el pasado 15 de agosto de una huelga de hambre en apoyo a Palestina. Gloria Pardo, de 65 años, jubilada y residente en Menorca desde hace dos décadas, ha decidido mantener este ayuno durante quince días para denunciar, tal como señala, el «genocidio que se está viviendo en Gaza».
La protesta, que finalizará el 29 de agosto, es, como describe, la única manera que ha encontrado para afrontar la sensación de «impotencia y dolor» que le sobrepasa desde el inicio de la guerra.
Apelar al apoyo ciudadano
Su huelga de hambre se enmarca en el Empty Stomach Movement, una iniciativa internacional que utiliza el ayuno como forma de protesta no violenta. Con esta acción, Pardo quiere llamar la atención de gobiernos e instituciones para que se reconozca el genocidio, se abran corredores humanitarios y se garantice la llegada de alimentos, medicinas y otros suministros a la población palestina.
Tras años de trabajo en el hospital y de haber visto sufrir a muchas personas, asegura que este compromiso es también una forma de coherencia personal: «No quería quedarme impasible ante lo que ocurre en Gaza. Necesitaba aportar mi granito de arena».
Así lo ha demostrado en los manifiestos que ha leído cada día en la plaza Constitución, donde explica sus motivos a quienes se acercan a interesarse. En ellos ha denunciado «el silencio de la comunidad internacional» y ha pedido a la Unión Europea y a la ONU que reconozcan el Estado de Palestina, además de condenar los crímenes de guerra.
Al mismo tiempo, quiere apelar a la ciudadanía, generar conciencia y ganar visibilidad: «Cada gota suma en este océano de impotencia y dolor». También recuerda que «la paz y la dignidad solo pueden conseguirse desde la presión popular».
Convencida de que su gesto, por pequeño que parezca, puede contribuir a dar visibilidad al conflicto, Gloria Pardo concluye con un mensaje directo: «Mirar hacia otro lado o ignorarlo nos hace a todos cómplices de ello. La esperanza es lo último que se pierde.»
DavidQuan parlam de pobles silenciats, no només pensam en Palestina o el Sàhara, que encara avui reclamen el seu dret a existir i decidir. També hem d’aturar-nos a recordar que milers de soldats africans i àrabs van lluitar a Itàlia, França i Alemanya per alliberar Europa del feixisme durant la segona Guerra Mundial, i després foren esborrats de la memòria oficial. El mateix passa ara amb altres realitats: a Menorca veim com el patrimoni i el territori es van comprant en silenci, amb capitals foscos i opacs que alimenten la gentrificació i expulsen la gent d’aquí. I enmig d’això, la veu de la cultura urbana i dels immigrants, com la de Fermín Muguruza, Manu Chao o tantes bandes que canten des de les perifèries, ens recorda que Europa també és mestissa, feta de nacions populars i lluites compartides. La memòria dels invisibilitzats i l’esperança dels pobles silenciats són el fil que ens uneix. 🔥 #MemòriaSilenciada #PoblesEnLluita #Menorca