Aquel dicho tantas veces engañoso de que cualquier tiempo pasado fuer mejor se convierte en indiscutible si hablamos del acceso a la vivienda. En plena crisis habitacional, cuando los precios de los inmuebles están por las nubes, resulta sorprendente –también un tanto frustrante– hacer un ejercicio retrospectivo hacia la década de los 80, bucear en la longeva hemeroteca de «Es Diari» para encontrar entre sus páginas anuncios de venta de viviendas con precios desde los dos millones de pesetas, al cambio de la moneda 12.000 euros. Eran tiempos en que las familias de clase media podían llegar a saldar cómodamente hipotecas en 10 o 15 años e incluso animarse con una segunda residencia.
«Vendo planta baja, pequeña tienda y primera planta para vivienda en el centro de Maó. 2.000.000 de pesetas. Pago a convenir». «Apartamento en Villacarlos de un dormitorio doble con armario empotrado, amplia cocina, comedor-sala de estar, terraza con vistas al puerto. Precio 2.000.000 pts.». Son algunos de los ejemplos más económicos encontrados en el año 1985. 40 años después la situación es conocida por todos. A no ser que se acepte comprar con okupas en el interior o en condiciones inhabitables, resulta prácticamente imposible encontrar viviendas en los centros urbanos por menos de 200.000 euros, más de 33 millones de las viejas pesetas.
Resulta evidente que en términos económicos los niveles de vida de la década de los 80 del siglo pasado y los actuales no son comparables. Los sueldos se han elevado mucho, también los precios, pero sí que podemos confrontar la tasa de esfuerzo que representaba para un ciudadano medio la adquisición de una vivienda. Pongámonos muy optimistas y presumamos que hemos encontrado por esos 200.000 euros un piso que se adecua a nuestras necesidades. Con un salario medio que gira en torno a los 21.000 euros anuales netos sería necesario emplear íntegramente el sueldo de ceca de diez años para conseguir pagarla.
En los años 80, sin embargo, el salario medio era muy inferior. Según se recoge en prensa de la época, aunque hay versiones que difieren ligeramente, en 1985 se el salario medio anual se situaba en España entre 1,4 y 1,6 millones de pesetas. Tomando el valor más alto, solo sería necesario destinar el sueldo íntegro de un año y tres meses. Salta a la vista. La diferencia entre lo que un comprador de los años 80 tenía que esforzarse para pagar una vivienda y lo que debe hacerlo ahora es enorme.
Resulta complicado encontrar estadísticas que se remonten tantos años atrás. Los colegios profesionales no guardan datos tan antiguos, pero el Instituto Nacional de Estadística ofrece datos del catedrático de Economía Inmobiliaria Ricardo Vergés que se remontan a 1987. En ese año Balears –ni mucho menos hay datos por islas– registraba unos valores medios del metro cuadrado que al cambio eran de 326 euros. Es decir, que una vivienda de 90 metros cuadrados se situaba en menos de 30.000 euros.
En la actualidad, según los últimos datos publicados en el portal Idealista.com, referentes al mes de julio, el precio medio del metro cuadrado se sitúa en Ciutadella en los 3.833 euros y en Maó en 3.346 euros. En cerca de 40 años el precio se ha multiplicado por once y por diez respectivamente. Ahora volvamos al sueldo medio y comprobemos que esos 21.000 euros anuales netos se traducen en pesetas en 3,5 millones por los 1,6 de hace 40 años. El crecimiento es evidente, se ha más que doblado, pero empalidece en comparación con los precios de la vivienda. Son datos que abundan en el drama en que se ha convertido el acceso a la vivienda para los hijos y nietos de los compradores de los años 80, cifras que tal vez sirvan para alimentar discusiones familiares sobre si la vida era más complicada ahora o antes. Ahora no hay mili, pero un joven lo tiene más que complicado para superar el reto de convertirse en propietario.
se vende casa por 2.000.000 pts esto si es correcto, intentar confundir es intentar engañar y para hacer bien la cronica se podia de cir que en 1985 muchas personas tenian una nomina de 1200€ y aqui aparece el dilema por que es lo que muchos cobran hoy por hacer el mismo trabajo de hace 40 años.