Guillem Caldentey Adrover (Campos, 1981), médico, deportista aficionado y que ha dejado atrás un cáncer de colon, ha emprendido en la madrugada de hoy sábado, siempre que la meteorología no haya motivado que abortara, el bello y solidario reto de cruzar a nado el canal que une Menorca con Mallorca, con el objeto de contribuir a visibilizar una enfermedad «que está muy presente en nuestra sociedad, pero de la que se puede salir», relata nuestro protagonista.
«Braçades d’esperança» es el título que se concede a este desafío, a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer de Menorca (AECC) que ayer se presentó en sociedad, en un acto celebrado en la sede de AECC en Ciutadella, que contó con la asistencia del alcalde de la población, Llorenç Ferrer, de la consellera de Bienestar Social, Carmen Reynés, y de Rufi Lorente, presidenta de la AECC en la Isla, además del propio Caldentey.
Proceso
A Caldentey le fue diagnosticado cáncer de colon a los 40 años de edad y ahora se cumplen tres de su recuperación, ‘efemérides’ a la que esta travesía, que tenía fijado su inicio para las 6.30 horas desde Cala en Bosc y su meta en la mallorquina Cala Mesquida, ataviará de mayor sentido si cabe.
«Mi idea inicial era hacer la travesía el año pasado, pero causas organizativas hicieron que tuviera que aplazarlo», explicó Caldentey a este diario horas antes de lanzarse al mar. En su lugar, entonces, optó por nadar desde Cabrera a la Colònia de Sant Jordi, en la parte meridional de Mallorca. Otro desafío de considerable rigor, de algo más de veinte kilómetros de trazado marítimo que solventó con éxito y que por extensión repercutió como un valioso ensayo para lo que ahora deviene.
«Antes de sufrir la enfermedad era una persona que ya nadaba y que practicaba mucho deporte; hacía windsurf, corría por la montaña, jugaba a pádel... ahora le he añadido la bici de montaña; y estando en el hospital, luchando contra el cáncer, me dije ‘todo esto que me está ocurriendo debe servir para algo’ y entonces fue cuando pensé, para cuando me recuperase, hacer esta travesía de Menorca a Mallorca», se extiende Caldentey.
Posible de llevar a cabo ahora desde un punto de vista logístico, el galeno y deportista mallorquín es consciente de que en esta oportunidad se duplicarán obstáculos, vicisitudes y exigencia en parangón al tramo Cabrera-Colònia Sant Jordi; aguardan 40 kilómetros y un mar, a priori, más inhóspito. Pero después de tres meses de disciplinado y arduo entrenamiento y con la mentalización adecuada, Caldentey se siente «preparado». «He entrenado mucho, y me siento mejor ahora incluso que en épocas previas a tener la enfermedad», asegura.
Su hoja de ruta contempla que cada 45 minutos su equipo de apoyo le provea de alimento y agua desde la proa del velero que hará las veces de ‘cicerone’... «e iré haciendo trayecto, a ver también como responde el cuerpo, nunca he nadado tanto», desliza el mallorquín, consciente al mismo tiempo del «gran esfuerzo» psicológico, no tan solo físico, que requerirá su reto.
Proceso
En otro orden, comentamos junto con Caldentey algunos de los pasajes que por desgracia tuvo que afrontar para vencer al cáncer.
«Lo más duro lo pasé cuando tras la cirugía se complicó; un ingreso que debía ser de 5-6 días fueron después 20; perdí ocho kilos...», recuerda. Y también le apresuró lo mental. «Está ese miedo a no saber qué pasará, no saber si lo podrás superar...», repasa.
Por último, y antes de que Caldentey se zambulla en la costa menorquina para brazar rumbo a Mallorca, le pedimos una reflexión, un mensaje para todos aquellos que batallan al cáncer. «Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres pasará algún cáncer en su vida, es una enfermedad muy presente, en cada familia o grupo de amigos hay algún afectado... decirles que no están solos; y por otra parte, creo que se polarizan mucho los casos de cáncer que van mal, y en cambio, de los que han ido bien, que hay muchos, se habla menos. Y cada persona y cada cáncer son un mundo, pero se puede hacer vida teniendo la enfermedad y se puede superar».
«Es una experiencia dura, pero también te enseña, sobre todo a valorar cosas a las que antes no dabas importancia», concluye Guillem Caldentey.
Menos Concienciar con estas tonterias y mas investigacion.