Desde el Ayuntamiento de Alaior se contempló y trabajó en 2018 sobre la opción de adquirir por medio de un proceso de expropiación la batería de inmuebles aledaños al Convent de Sant Diego, enclavados en la parte este del edificio, con el propósito de trazar un paso más para tratar de restituir el mismo, un convento franciscano del siglo XVII, asemejándolo en lo posible a su estructura original.
No obstante ese planteamiento, que debía en su día financiarse con una partida proveniente de la ecotasa, no cristalizó. Los locales, desde ese entonces, han seguido estando ocupados por negocios y viviendas.
Pero uno de esos establecimientos, desde hace algunos días, está en el mercado, una posibilidad de venta de la que por tanto subyace una nueva ocasión para la Administración de colmar un viejo anhelo –el Convent de Sant Diego, también conocido como Pati de Sa Lluna, declarado Bien de Interés Cultural en 1993, acoge propuestas culturales y actos impulsados por el Ayuntamiento, si bien su titular es el Govern.
En ese marco, cuestionamos tanto al actual equipo de gobierno en el Consistorio de Alaior, que lidera el alcalde popular, José Luis Benejam, como a la oposición acerca, ya no solamente de la opción de acudir al mercado para hacerse con el inmueble, sino también de la conveniencia y margen de maniobra que pueda haber en ese sentido.
Benejam, por su parte, se apresura en desestimar esa posibilidad como algo inminente. «Lo estudiaremos, a ver qué se puede hacer, no puedo decir más». A eso limita su respuesta Benejam, quien en cualquier caso no rechaza que «todos tenemos claro» que algún día «esa línea de inmuebles pasará a manos de la Administración pública», en su objeto de reincorporarlos «al complejo del convento para completar su rehabilitación».
Benejam también se cuestiona hasta qué punto convendría intentar comprar un par de inmuebles «quedando cinco pendientes», al margen de que esta sería una operación «de no poco dinero», por lo que debe «estudiarse», apostilla.
Oposición
Desde la oposición también entienden que «antes o después» los locales en cuestión terminarán siendo propiedad de la Administración, aunque el enfoque es diferente.
Así, Víctor Ferrer, concejal de Avançam Alaior, dice que «nuestra idea es que esos edificios sean adquiridos por la Administración pública a través del mecanismo que sea», pero siempre ofreciendo «una alternativa a la gente que vive allí, más con el problema que existe con la vivienda».
Y añade: «la compra tendría que ser por medio de un acuerdo conveniado entre Govern, Consell y Ayuntamiento, pero nosotros apostamos que, si ahora hay una oportunidad, no dejarla pasar».
Por su parte, Mireia Gómez, del PSOE, comenta que vendrían de acuerdo con la adquisición, «pues antes o después esos inmuebles se incorporarán al edificio original, pero en Alaior hay muchos espacios, y hay que saberles dar uso», por lo que ahora «no» comulgarían con la venta, «pues el Ayuntamiento no tiene capacidad para gestionarlo».
Las claves
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Edificio franciscano del siglo XVII
El edificio responde por antiguo convento franciscano y se empezó a construir en 1629. A raíz de la desamortización española de 1835, el inmueble pasó a uso militar primero y luego a ser viviendas populares. En 1993 lo adquirió la Administración, que inició su proceso de rehabilitación.
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Propiedad de la Administración y espacio cultural
Después de que el convento pasara a manos de las administraciones –el Govern es el titular, si bien el edificio, en esencia, lo utiliza el Ayuntamiento–, se apuesta, a inicios de este siglo, por una rehabilitación integral del edificio, convirtiéndolo en un espacio de proyección cultural.
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En 2018 se contempló su expropiación
El proceso para la recuperación de la antigua estructura arquitéctónica comprende la adquisición de algunos locales de propiedad particular que forman parte del edificio. En 2018 se trató de abordar su expropiación, con fondos de la ecotasa, que finalmente no fructificó.
... ahora me entero que este edificio fue adquirido por la gente, la administración pública, hace TREINTA AÑAZOS... después de haber sido convento en tiempos de Maricastaña, pasó a ser militar y luego viviendas populares... entonces la pregunta es obvia : ¿por qué diantres se sigue denominando a ese edificio como un "convento"!!? ... ¿cuándo vamos a dejar de usar el lenguaje como unos apocados simplones realizando absurdas genuflexiones a quién no lo merece?