La situación se ha vuelto insostenible en la Mercería Maria Pelegrí. Este comercio del Mercat des Peix de Ciutadella sufre, desde hace más de diez años, los perjuicios del descuido y la falta de mantenimiento del edificio contiguo, de titularidad municipal. Es el local que ocupa el celador del mercado, donde la cámara frigorífica y la maquinaria para producir hielo para las pescaderías, encharcan permanentemente el suelo. Esto provoca filtraciones en piso y paredes, que afectan al negocio, donde han tenido que acometer reparaciones constantes, con la inversión que eso supone.
En realidad, los problemas se vienen produciendo «desde que nos instalamos aquí, en 1991», pero se ha agravado. Lo explica su propietaria, Assumpta Durà, quien, sin éxito, los últimos diez años no ha dejado de presentar instancias requiriendo una solución al Ayuntamiento.
En una ocasión logró la afectada que su seguro asumiera una reparación, pero no más, porque el causante es la finca colindante. «Las paredes están mojadas, se desconchan y el género se estropea», denuncia. «Por las noches tengo que dejar los cajones abiertos, para que la ropa no coja olor y, aún así, huele mal», expone mientras muestra los efectos de las humedades. «Yo vivo de esto, tengo que tenerlo en condiciones para poder vender la ropa», añade, cansada de tener que limpiar constantemente y retirar moho y restos de pintura. «Y el zócalo se hunde».
El edificio municipal «está que se cae, hay bigas apuntaladas y tienen allí maquinaria industrial, sin aislamiento acústico, que hace un ruido terrible que no deja dormir por las noches», añade la comerciante, quien duda, por un lado, que se cumplan las condiciones de salubridad y, por otro, de la legalidad de varios tubos con salida en la fachada lateral. «Dudo que pueda estar así, ¿el edificio pasa la ITV? Porque a mí me la hacen pasar en mi almacén». Y eso que «aquí se almacena pescado», advierte, refiriéndose a la cámara, que presenta roturas en su interior.
Bien lo saben los usuarios de la instalación, el personal de las pescaderías, que utilizan el baño y los refrigeradores. «Está en muy mal estado, el edificio tiene muchos años y no se ha hecho ningún mantenimiento», lamentan. Tan es así que, incluso, temen que «un día se nos caiga encima».
Visita
Tras mucho insistir, el 25 de julio Durà logró que el alcalde, Llorenç Ferrer, y el edil responsable del Servicio de Aguas y Alcantarillado, Miquel Ametller, visitaran la tienda y su propio edificio, con varios técnicos. «Es la primera vez que vienen a verlo in situ», agradece, aunque observa con preocupación que no haya dado frutos. «Nunca más se supo y el agua sigue mojando las paredes de mi tienda y de mi casa, que está al lado», concluye la afectada, quien ha tenido que cubrir varios muros con pladur para ‘maquillar’ daños.
LO QUE HAN DE HACER ES UN DESAGÜE EN EL SUELO, PERO HANTES HAY QUE HACER EN EL SUELO UNA PENDIENTE DE 3% HACIA EL DESAGÜE Y NADA DE PINTURAS NI IMPERMEABILIZANTES.