El economista Joan Sánchez Tuomala define a los autónomos como «un eje principal» del sistema productivo y contributivo español, recuerda que representan más del «16 por ciento» de la ocupación, y que «en su doble función de trabajador-empresario suponen más del 95 por ciento de las microempresas de menos de nueve trabajadores».
En la actualidad, cerca del 85 por ciento de los autónomos cotiza una base mínima, que oscila los 960 euros al mes y que implica una cuota de 290. Esta elección, a menudo «por desconocimiento o falta de planificación», se traduce en pensiones futuras muy bajas; la pensión media de un autónomo jubilado es de 960 euros, un 40 por ciento inferior a la de los asalariados del régimen general.
«De ahí que más que reducir las cuotas, el reto es fomentar una mejor cultura de previsión y ajustar las aportaciones a la realidad económica de cada autónomo, garantizando así una protección social más justa y sostenible», abunda Sánchez Tuomala, quien por otra parte, en términos de hasta qué punto sería sostenible una subida de las cuotas, aporta otro dato de lo más relevador. «En España los autónomos soportan una carga que ronda entre el 40 y el 49 por ciento de sus ingresos», mientras que el tipo efectivo que asumen otras muchas sociedades es notablemente inferior al tipo legal convencional del 25 por ciento, «lo que incrementa la sensación de que sufre una presión fiscal y contributiva muy elevada».
Además, Sánchez Tuomala entiende que el anuncio inicial del Gobierno, la semana previa, repercutió claramente como «un globo sonda» que sirvió para «evaluar» la reacción de los autónomos, y que el paso atrás dado días después motiva que se maneje una propuesta «mucho más razonable», entre 2,5 y 14,75 euros al mes, en función del tramo de rendimientos, «lo que supone una diferencia potencial de 120 a 2.400 euros al año».
Sánchez Tuomala, en otro orden, considera que el sistema Verifactu –obliga a emitir facturas verificables y rastreables– hará que ingresos «que no se reflejaban» hasta ahora en la declaración fiscal, sí lo harán, con lo que crecerá la recaudación pública y quizá se haga innecesario un incremento de cuotas, más allá de incentivar «que se cotice de acuerdo a los ingresos».
Por último, el economista admite una diferencia evidente entre la carga total sobre el trabajo para el autónomo en España en parangón a otros países europeos, y que la reforma hacia ingresos reales y la rectificación prevista para 2026 se orientan a contar «una mejor aportación y capacidad económica en un contexto en que el Verifactu incrementará la trazabilidad y el cumplimiento».
PiliEl sistema se debería adaptar al crecimiento progresivo del trabajador, así como funciona en la mayoría de la UE.