En 2024, el volumen total de agua distribuida, ya sea procedente del acuífero o de la desaladora de Ciutadella, alcanzó los 12,5 hectómetros cúbicos, siguiendo la tendencia al alza de los últimos cinco años. Se trata de una situación que preocupa a Sònia Estradé, técnica de Medio Ambiente del Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam), quien señala que la Isla se acerca a los máximos históricos registrados en 2006, cuando se alcanzaron los 13,1 hectómetros cúbicos, según los datos de la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern balear.
Crecimiento del consumo
«Lejos de estabilizarse, las extracciones de agua continúan creciendo», advierte Estradé, quien remarca que la Isla lleva años sacando más agua de lo que debería de los pozos. Para la técnica del Obsam, el problema se centra principalmente en los elevados consumos de las urbanizaciones turísticas y de las zonas donde predominan los chalés con césped y piscina. «Mientras que los consumos son razonables en los núcleos urbanos, hay mucho trabajo por hacer para reducir los consumos en estas zonas calientes», señala. En la zona costera de Sant Lluís, por ejemplo, se concentra aproximadamente el 80 por ciento de todo el consumo anual del municipio.
Estradé también señala que, aunque los consumos per cápita se han reducido en los últimos años, el aumento de la presión humana y la actividad turística mantienen la demanda elevada, especialmente en verano, cuando las urbanizaciones registran picos de consumo que superan ampliamente los promedios habituales. Todo ello impide que la extracción de agua disminuya en términos absolutos.
Ante esta situación, desde el Obsam subrayan la necesidad de actuar de manera inmediata, y recuerdan que soluciones como las desaladoras, tienen importantes costes energéticos y medioambientales.
Com més en direcció equivocada aniguem, més haurem de corregir en un futur