Maria Salvadora d.C.B recordará para siempre la noche del 22 de abril en la que, felizmente, la vida le ofreció una nueva oportunidad tras precipitarse por un patio interior desde un tercer piso al primero a una altura de 8 metros en un edificio de la Avenida Son Morera, de Ferreries. Mientras aguarda postrada en la cama de una habitación del área de Pediatría en el Hospital de Son Espases, la joven de 15 años, estudiante de tercero de ESO, consciente de lo sucedido, atiende como puede los mensajes y llamadas que no cesan de sonar en su móvil a cargo de los numerosos amigos y amigas que se interesan por su estado.
Tres fracturas en las vértebras, de las que será operada este mediodía, y otras tantas en uno de sus pies, que tiene escayolado, han sido las consecuencias mínimas de un accidente que pudo convertirse en una tragedia como han apuntado quienes acudieron a socorrerla. «Ha vuelto a nacer», explica su madre, una vez superado el susto, «tiene la columna afectada por las vértebras dañadas pero nos han dicho que es joven y se recuperará sin problemas y eso es lo único que nos interesa ahora, son cosas de la juventud», añade.
Maria Salvadora, que no perdió el conocimiento en ningún momento, había acudido junto a unos amigos y amigas a la terraza del edificio de la Avenida Son Morera, admite con la voz débil que el susto lo ha superado «más o menos». Del momento de la caída al vacío recuerda que «intenté saltar pero el pie se me enganchó un poco en la claraboya, quise sacarlo pero tenía muchas grietas y lo único que sé es que en milésimas de segundo ya me vi volando hacia abajo, es lo que recuerdo porque no sé dónde caí».
Maria explica que el grupo de amigas y amigos había acudido a la terraza «porque había comenzado a lloviznar y como no sabíamos qué hacer, allí hay como un porche en el que se está bien aunque era la primera vez que iba». En un momento dado, debido a la llovizna, recuerda que tuvieron que saltar al piso de al lado donde reside uno del grupo «porque se nos cerró la puerta de arriba en la terraza donde estábamos, y como no podíamos abrir desde fuera tuvimos que saltar para pasar al piso».
Para acceder desde un lugar a otro había dos formas de hacerlo, escalando una pared alta recta, hacia la derecha, o hacerlo por otra más baja, hacia la izquierda, por la que era necesario saltar, «yo decidí hacerlo por la baja y fui la primera. Por la de arriba pasaron tres chicos, y nosotras y dos chicos íbamos a hacerlo por la de abajo que era más fácil porque era más baja», explica Maria.
Tras la caída, la madre de una amiga fue la primera en acudir al lugar del siniestro, de inmediato, aunque posteriormente avisaron a la madre de la joven accidentada. Maria Salvadora solo recuerda que «la madre de una amiga estaba a mi lado y me decía que no parara de hablar y ella me hablaba constantemente; yo cerraba los ojos pero seguía hablando». Llegaron los bomberos, la policía y el personal sanitario «pero yo no volví a abrir los ojos hasta que vi a mi madre».
En el exterior del edificio se produjo una enorme concentración de personas, entre ellas el alcalde de Ferreries, Josep Carreres, junto a las fuerzas de seguridad, bomberos y sanitarios tras tener conocimiento del siniestro. La joven fue trasladada al Hospital Mateu Orfila y después al de Son Espases, en Palma donde sigue ingresada.