El juicio al que deberá someterse el joven ciutadellenc, autor confeso de la quema de 20 contenedores de residuos en Alaior, incorporará un atenuante que puede resultar trascendente para su defensa cuando se señale la vista oral en la que se le juzgará por un delito de daños por incendio en bienes de propiedad pública.
El informe definitivo elaborado por la médico forense, Gemma Guitart, tramitado al Juzgado de Instrucción número 3 de Maó, concluye que el pirómano actuó sabiendo lo que hacía en todo momento cuando incendió los recipientes entre el 4 de junio y el 8 de octubre del pasado año. Sin embargo, precisa que el trastorno psíquico que aparece en su historial y las exploraciones a las que ha sido sometido, sí pudieron disminuir la voluntad para controlar sus actos, es decir, el incendio intencionado de los contenedores en diferentes puntos del pueblo.
El historial médico del joven, que residía en Alaior junto a su pareja desde el pasado mes de abril hasta que quedó en libertad dos días después de su detención, contempla un cuadro depresivo. El trastorno psíquico que arrastraba le llevaba a mantener visitas periódicas al psicólogo desde hace varios años. La intención de la quema de los contenedores habría sido llamar la atención dada su naturaleza tímida e imitar al pirómano de Ciutadella que había incendiado otros 35 recipientes. Se desmarcaba así de cualquier relación con aquellos delitos por los que no ha sido acusado al no haberse podido probar su participación en ellos, pese a las sospechas derivadas del mismo modus operandi en los siniestros de ambas poblaciones.
Ese trastorno viene acompañado por algunos síntomas de ansiedad por el miedo a las situaciones cuya evitación es difícil o embarazosa, o donde no se puede recibir ayuda en caso de sufrir una crisis de pánico.
El estado del hombre, con algunas fobias y obsesiones, ya fue considerado por el juez cuando decidió su ingreso en prisión bajo una fianza de 3.000 euros que su familia abonó al día siguiente de entrar en la cárcel, el 3 de noviembre.
El informe forense definitivo, con toda seguridad, no modificará el auto del juez por lo que el joven seguirá con el tratamiento desde su actual residencia, en Ciutadella. El acusado admitió los hechos de los contenedores quemados en Alaior y mostró su arrepentimiento. El código penal refleja una pena de uno a tres años de prisión por este tipo de delitos, si es declarado culpable, más la responsabilidad civil que podría superar los 20.000 euros por los daños ocasionados.