El acusado de dos delitos de malos tratos a su expareja los pasados 24 y 28 de junio aceptó este viernes la condena de 22 meses de prisión, que no cumplirá al carecer de antecedentes penales computables, después del acuerdo de conformidad alcanzado por las abogadas tanto de la víctima como del acusado, con el Ministerio Fiscal.
El hombre, español de 37 años de edad, deberá cumplir la prohibición de aproximarse a la mujer a no menos de 500 metros durante tres años y 10 meses, y tampoco podrá comunicarse con ella por ningún medio.
Tendrá que indemnizarla, además, con 1.000 euros por las lesiones que le ocasionó y los daños morales.
El hombre golpeó a la mujer, la presionó en el cuello, amenazó con matarla y después le dio una bofetada en la oreja, la empujó hacia el sofá poniéndole la rodilla en el estómago y le golpeó la cabeza. Posteriormente repitió la agresión esgrimiendo un cuchillo e indicándole que la iba a matar.
Para eso está la ley de violencia de género para proteger a la víctima del agresor que es más fuerte en teoría. Negar esta máxima es negar la necesidad de la violencia de Género, y la ley sería igual para ambos, que el buenismo y la corrección mediática, no nos nuble la inteligencia ni la libertad para decir las cosas tal como son.