La Policía Nacional desarticuló ayer por la mañana un gimnasio clandestino que estaba funcionando en un garaje de la calle Andrea Doria de Maó y en pleno estado de alarma. Varios vecinos alertaron de que en una cochera se producía un importante movimiento de jóvenes, poco habitual en un momento de confinamiento y que hizo saltar todas las sospechas.
Los agentes habían acudido en otras ocasiones al lugar, sin llegar a poder determinar lo que estaba sucediendo puertas adentro de ese local. Hasta ayer, cuando, bajo la atenta mirada de varios vecinos, se encontraron con un montaje para la actividad deportiva.En el momento de irrumpir en el local había seis personas en su interior con atuendo para la práctica deportiva. Muy probablemente, los jóvenes abrieron la puerta confiados de que se trataba de otra persona que iba a sumarse al grupo. Se había montado en un garaje ubicado en el número 38 de esa calle. Y saltarse el confinamiento ha salido caro a los deportistas. Los agentes de la Policía Nacional identificaron a las seis personas que en aquel momento se hallaban en el local y fueron sancionadas por no cumplir las restricciones recogidas en el decreto de estado de alarma para la gestión sanitaria del coronavirus. Deberán hacer frente a multas de unos 600 euros cada uno de los infractores. Aquello que se desconoce es si la actividad costaba dinero a los participantes o si era un gimnasio para la práctica de deporte entre amigos.