Uno de los acusados de protagonizar una pelea durante la celebración del 'Oktoberfest' en Maó ha sido condenado a pagar 120 euros de multa y 157 euros en concepto de indemnización por un delito de lesiones.
Así lo han acordado las partes durante la sesión celebrada este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Balears, que ha terminado en conformidad. El segundo procesado ha sido declarado en rebeldía.
Los hechos se remontan a octubre de 2015, cuando alrededor de las 23.30 horas del día 10, los dos hombres se enzarzaron en una discusión en el exterior del Recinto Ferial de Maó.
Ambos se golpearon mutuamente hasta generar un tumulto y, en un momento dado, el ahora condenado llegó a recibir por parte de un desconocido un golpe en la cabeza con una jarra de cerveza.
Éste precisó hasta 14 días para recuperarse y pasó una semana sin poder atender sus ocupaciones habituales. El segundo implicado también sufrió varias heridas aunque necesitó menos tiempo de curación.
En ningún país normal este tipo de chorradas sin importancia entre dos particulares se llevan hasta los tribunales. Aquí se judicializa cualquier cosa, por eso los tribunales están saturados, por culpa de tonterías como esta y otras por el estilo. En España se ha puesto de moda denunciarlo todo y los jueces con frecuencia admiten a trámite ciertos casos con demasiada alegría, como si no tuvieran cosas más importantes que hacer. Se tendrá que poner algún límite, porque esto está fuera de control.