Pudo ser una tragedia pero acabó en lesiones leves el atropello que sufrió una pareja de británicos, hombre y mujer, ambos de 71 años, sobre las 14.45 horas de ayer al final de la Costa de Ses Voltes en su confluencia con el andén de poniente del puerto de Maó.
Un fallo mecánico, explicaría la conductora del taxi, un Seat Toledo, dejó el coche sin frenos cuando descendía por la cuesta que conecta la rada mahonesa con el centro de la ciudad, frente a las instalaciones de la Autoridad Portuaria.
La mujer, cuando vio que el vehículo no le respondía, se subió al parterre de la isleta central al final de la cuesta para evitar chocar contra el coche que iba por delante, un Volkswagen Golf, que estaba detenido respetando la señal de stop. Aún y así no pudo evitar golpear al vehículo cuando lo superaba por el lateral interior.
Fue entonces cuando una pareja de británicos cruzaba por el paso de peatones de ese lugar. El taxi ya no pudo detenerse y los atropelló aunque evitó arrollarlos.
Hombre y mujer fueron trasladados poco después en una ambulancia del 061 a la Clínica Juaneda. El hombre apenas sufrió algunas magulladoras y su esposa varios traumatismos aunque, en todo caso, no revestieron gravedad.
La Policía Local de Maó acudió instantes después del atropello, reguló la circulación y se hizo cargo del atestado. La taxista dio negativo en el control de alcoholemia.