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La vuelta a casa de David, el guardia civil que fue arrollado con su moto en vísperas de Navidad

La pareja del agente, Pilar, relata en una carta de agradecimiento cómo han vivido estos más de tres meses en el hospital

El accidente tuvo lugar la tarde de diciembre a la salida de Ferreries.

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Faltaban pocas horas para la Nochebuena cuando un accidente tiñó de negro las carreteras menorquinas. El pasado 23 de diciembre, al caer la tarde, un motorista de la Guardia Civil fue arrollado por un turismo que invadió el carril contrario a la salida de Ferreries. Sufrió heridas muy graves y tuvo que ser trasladado por el avión ambulancia hasta el Hospital de Son Espases en Palma, donde llegó en coma inducido y con respiración mecánica. El conductor que origió el accidente dio positivo en el control de alcoholemia y fue detenido días después.

Ese guardia civil se llama David, tiene 43 años y acaba de recibir el alta hospitalaria. Por fin puede volver a casa, aunque tiene por delante todavía muchas sesiones de rehabilitación y un sinfín de revisiones. Tras más de tres meses de tratamiento, su pareja Pilar ha hecho pública una carta de agradecimiento hacia todos los compañeros de la Guardia Civil que han arropado a su familia durante todo este tiempo, incluidos los momentos más difíciles y en fechas tan señaladas como la Navidad. «Gente maravillosa que quedará para siempre en nuestros corazones», relata.

Pilar desvela en su carta que la entonces directora general de la Guardia Civil, María Gámez, se interesó personalmente por el estado del agente, llamando al teléfono personal de su pareja, así como el jefe de la Agrupación de Tráfico, José Ignacio Criado. «Siempre tuve respeto hacía la Guardia Civil, pues mi abuelo materno lo fue, pero después de todo esto, caigo rendida a sus pies» comenta la mujer en una carta que, por su interés informativo, reproducimos a continuación.

Agradecimiento a la Guardia Civil tras la vuelta a casa

Es difícil expresar con palabras el nivel de agradecimiento y admiración que los familiares de David tenemos hacía el Cuerpo de la Guardia Civil, aún así intentaré acercarme lo máximo posible.

Para quien esté leyendo esto y no sepa de qué hablo, hago un breve resumen: la tarde del 23 de diciembre mientras David, Guardia Civil de Tráfico destinado en Menorca, estaba prestando servicio en motocicleta, fue embestido en la carretera frontalmente al invadir su carril un vehículo cuyo conductor iba ebrio, superando incluso la tasa de delito.

Pues bien, desde el minuto 1 en que David sufrió el fatal accidente y hasta su alta hospitalaria, no ha habido un solo momento en el que un agente de este honorable Cuerpo no se haya interesado por él.

Agentes pertenecientes al Destacamento de Tráfico de Palma de Mallorca nos fueron a buscar al aeropuerto (la misma noche del accidente, debido a la gravedad de las lesiones, trasladaron a David en avioneta medicalizada de Menorca al Hospital Son Espases de Palma de Mallorca) y, como si de gente importante se tratara, formaron una comitiva hasta el hospital. Allí nos han llevado y recogido cada día varias veces, después de facilitarnos alojamiento.

Han echado horas con nosotros en la sala de espera llegando incluso a arroparnos con un cálido abrazo cuando nos hemos derrumbado. Bonito detalle también la participación de un numeroso grupo de guardias con sus familias en la marcha solidaria que cada año organiza el Hospital San Juan de Dios, donde David recibía la rehabilitación, haciéndole un pequeño homenaje y animándolo con su presencia.

Por ello, no puedo dejar de nombrar, entre otros, al guardia Prados (tan dispuesto siempre, educado y cariñoso), a Villasclaras, a Loles, a los cabos Óscar y Gericó, al teniente Felipe (acompañándonos, entre otros muchos días, la tarde, bien tarde, de Nochebuena y el día de Navidad). Al capitán Julio (siempre con una sonrisa, siempre dispuestísimo a ayudarnos y a hacer más llevaderos los amargos días. Volando a la mejor churrería de Palma cuando David, a los pocos días de "despertar", tuvo ese antojo), al comandante Manuel Aguilera, quien cada tarde, en plenas Navidades, pasaba por el hospital, incluso con su señora, para interesarse por el estado de David acompañándonos un ratito y transmitiéndonos mucha paz, al coronel médico y al coronel Hernández Mosquera. Sin pasar por alto la llamada, a mi teléfono personal, del general jefe de la Agrupación de Tráfico el Sr. Criado y la de la entonces Directora General de la Guardia Civil, la Sra. María Gámez.

No hay manera alguna de pagar ni agradecer el trato recibido en momentos tan difíciles. Siempre tuve respeto hacía la Guardia Civil, pues mi abuelo materno lo fue, pero después de todo esto, caigo rendida a sus pies.

Hoy al fin volvemos a casa (aunque David tenga que seguir con la rehabilitación durante un tiempo y queden un sinfín de revisiones pendientes) y aunque este episodio que nos presentó la vida haya sido bastante severo, también nos ha dado amor, mucho amor y cariño de gente maravillosa que quedará para siempre en nuestros corazones.

¡Viva la Guardia Civil!

Pilar, pareja de David.

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