Un velero hundido a unos 8 metros de profundidad en la salida suroeste de Cala Galdana pone en grave peligro la navegación por la zona dado que el mástil de la embarcación ha quedado a un metro de calado, como denuncian empresas náuticas, patrones que trabajan en ese lugar y particulares de Ferreries que tienen lanchas y barcas en el río para su disfrute personal.
La embarcación, propiedad de uno de los empresarios de embarcaciones de alquiler más conflictivos de la zona en el cumplimiento de las diferentes normativas, se hallaba fondeada en la misma cala ferreriense. En la madrugada del pasado jueves se fue a pique durante el temporal, cuando no había nadie en su interior, por causas que no han trascendido.
Según han constatado diversas fuentes el dueño del velero tomó la decisión de remolcarlo el sábado al mediodía para dejarlo fuera de la bahía, posiblemente, con el convencimiento de que se hundiría por completo, pero no ha sido así de ahí, la peligrosidad latente que representa para el tráfico de lanchas de alquiler y patrones particulares que todavía navegan a diario por esta zona de la costa sur menorquina.
Visible desde la superficie y con el palo, prácticamente fuera, supone un peligro para navegantes.
Desde Salvamento Marítimo y Capitanía Marítima se ha instado al dueño a que señalice convenientemente la presencia del velero en el mar para reducir el riesgo de incidentes, y le han indicado que debe reflotar el yate para sacarlo del agua lo antes posible. El barco hundido cerca de la costa se convierte en un residuo que puede tener incidencia medioambiental por los líquidos acumulados en el motor si acaban vertiéndose al mar.
Desde el organismo público indican que se le han dado las instrucciones pertinentes en tres ocasiones pero la reacción del dueño, hasta este lunes, había sido sacar el yate de la cala y dejarlo en el exterior.
La situación actual del velero impide que pueda ser arrastrado hasta los muelles del río de Cala Galdana, que es la ubicación más cercana, y tampoco al puerto de Cala en Bosc ya que la profundidad apenas alcanza los 90 centímetros. «Es una barbaridad mantenerlo donde está, un enorme peligro para todos», indican otros empresarios de Cala Galdana.
De veras es la misma empresa de siempre? La venganza del Pirata podría llamarse la peli. Esta vez se han superado, tras un verano "tranquilo" han resurgido (para hundirse) y seguir incordiando y degradando Cala Galdana. Luego ponen multas por no recoger sa caca des ca o por dejar el cartón fuera del contenedor, no entiendo el pasotismo de las administraciones en múltiples infracciones cometidas.