La temeridad al volante estuvo a punto de costarle la vida, pero finalmente quedó en un susto con graves daños materiales. Un vídeo muestra el momento exacto en que el hombre de 55 años que se estrelló la madrugada del miércoles contra la balaustrada de la Costa de ses Voltes de Maó sale del vehículo. Conducía con una tasa de alcohol cuatro veces superior a la permitida y calculó mal la segunda curva de la bajada. Se subió a la acera y causó un auténtico destrozo 23 metros de la histórica barandilla.
El conductor abandonó el coche por su propio pie después de que el vehículo quedara parcialmente suspendido en el vacío. Pese al movimiento que tuvo que hacer para salir por la puerta del copiloto, el automóvil mantuvo milagrosamente su posición y no cayó al vacío. El hombre aguardó la pronta llegada de la Policía Local que le apreció de inmediato sus pésimas condiciones para conducir y corroboró a continuación con el test de alcoholemia (0,91 miligramos de alcohol por litro de aire espirado).
La posición final en la que quedó el Dacia sugiere que el otro tramo de la balaustrada algo más abajo de la cuesta pudo verse afectado por el efecto dominó y también sufrir graves desperfectos, lo que explicaría la separación entre los dos tramos destrozados.
El seguro del automóvil deberá hacerse cargo, en principio, del elevado coste que puede suponer la reposición del tramo de balaustrada afectado, o en su defecto el propio conductor.
Si es español por qué no lo dicen, o si no lo es.