El número de fardos de droga que han sido recuperados en la costa menorquina por la Policía Nacional y la Guardia Civil este mes asciende a 61, es decir, dos más de los que fueron hallados entre el viernes 10 y el sábado 11 de noviembre en los acantilados de Son Saura y en la playa de Son Bou. Sobre las 2 de la tarde, un ciudadano alertó sobre la presencia de los paquetes repletos de hachís junto a las rocas de Son Saura, mientras que a primera hora de la mañana la marea depositó seis fardos más en la playa de Son Bou.En total, la carga descubierta superaba los 3.500 kilos.
Según ha podido saber este diario, el pasado sábado apareció otro fardo más en la zona de Cap d'en Font, en el término municipal de Sant Lluís, de un tamaño similar a los otros, es decir, con un peso de entre 50 y 60 kilos, y una sustancia en su interior que todavía deberá ser analizada. Además, a principios de mes, el día 2, ya se había detectado otro fardo flotando en Cala en Busquets, en Ciutadella. Estos dos últimos paquetes están bajo custodia de la Guardia Civil, en el cuartel de Maó, junto a los seis de Son Bou, mientras que los 53 restantes continúan en la Comisaría de la Policía Nacional de Ciutadella.
Las sospechas generalizadas apuntan a que la droga que ha llegado a la costa menorquina en fardos procedente del norte de África es mayor a la que han intervenido los cuerpos y fuerzas del estado hasta ahora, por lo que no se descarta que algún otro fardo disperso a lo largo de la costa sur pueda haber acabado en manos de particulares.
Los más de 3.500 kilos de droga que ahora están en dependencias policiales y de la Guardia Civil se destruirán en la planta incineradora de Son Reus, en una fecha todavía por determinar, una vez los Juzgados de Instrucción de Maó y Ciutadella autoricen su traslado a Mallorca con ese fin. Una muestra de cada fardo deberá ser analizada, en principio, en la Conselleria de Salud y Consumo antes de que el juez correspondiente autorice su destrucción. Lo más probable es que el traslado de los 61 fardos a Mallorca se haga de forma conjunta.
Los investigadores de la Policía Nacional y la Guardia Civil mantienen las pesquisas para fijar la trazabilidad de los fardos, donde aparecen iniciales pintadas que dan pistas sobre dónde se cultivan las plantas y cuál es su productor.