La jueza del Juzgado de Instrucción número 2 de Ciutadella dictó el pasado 12 de agosto el auto de prisión provisional para un hombre ciutadellenc, de 70 años, que había quebrantado hasta en seis ocasiones la orden de alejamiento respecto a su exmujer, las últimas cuatro entre julio y agosto y las anteriores entre marzo y junio.
Esa reiteración delictiva le condujo, irremisiblemente, a la cárcel, aunque su familia ha querido precisar que fue el hombre quien provocó al menos la última de las detenciones para acabar entre rejas. «Mi padre forzó su ingreso en la cárcel porque no tenía donde vivir», relata Hilario, su hijo.
Ese último arresto ocurrió en el entorno de la casa de su exmujer, en la calle Torre de s’Aigu. «Quería que lo detuvieran y se presentó en casa de mi madre para pedirle que le dejara sacar a pasear al perro, sabiendo que ella llamaría a la Policía, como así sucedió». Minutos después llegaron los agentes y vieron al hombre con el can en la calle y le arrestaron.
Dormía en el coche
Fue el resultado, explica el hijo, de la situación en la que se hallaba su padre. «Estaba durmiendo en el coche, ni yo ni mi hermana podíamos alojarlo por circunstancias, intentamos solicitar ayuda a los servicios sociales y en el Juzgado, pero no había disponibilidad habitacional».
Añade que su padre necesita recibir un tratamiento específico que había dejado de tomar con la rigurosidad que precisa, lo que había alterado su conducta. En algunas de las detenciones anteriores sí se había mostrado más agresivo con su madre, de hecho había sido condenado por violencia de género, «pero mi madre le había dejado dormir en casa en alguna ocasión» a pesar de que el matrimonio lleva cinco años divorciado.
Desde su ingreso en la cárcel hace casi dos semanas, su hijo asegura que «mi padre se encuentra mejor, allí está bien atendido para tomar su medicación, alimentos y además dispone de un lugar para dormir, por lo que todo eso explica que provocara su detención».
La Policía Nacional de Ciutadella que ha seguido el caso ni confirma ni desmiente que el último arresto fuera inducido por el mismo protagonista considerando que los hechos son objetivos. El reiterado quebrantamiento de condena es irrefutable, más allá de las circunstancias personales que haya detrás de cada caso, como podría suceder con las que relata el hijo del detenido.
Qué buen hijo tiene que lo hospeda... La alternativa es que se pinte oscurito y se tire a la playa para que lo recojan por indocumentado y le den de todo.