Una discusión entre varias chicas que pretendían tomar un taxi en la Costa de ses Voltes, de Maó, junto al ascensor que conecta con el Claustre del Carme, concluyó con la detención de un joven de 22 años, acusado de haber apuñalado en el cuello a otro hombre, ambos de origen sudamericano, con una botella de cristal rota.
El suceso ocurrió sobre las 7 de la mañana del domingo cuando la Policía Local ya había dado por finalizado el dispositivo habitual con el que vigila el cierre de los locales de ocio del puerto para evitar que se produzcan altercados. Fue entonces cuando los agentes recibieron la llamada de una joven implicada en la refriega y acudieron de inmediato.
Allí encontraron al hombre herido, un colombiano de 29 años de edad, junto a su novia. El joven se tapaba el cuello con una mano, del que emanaba sangre, tras haber sufrido la agresión mientras su pareja indicó a los agentes quien había sido el causante. Los agentes comprobaron que la vida del herido no corría peligro, por lo que se apresuraron para alcanzar al presunto agresor que ya abandonaba el lugar y se hallaba en la zona intermedia de la Costa de ses Voltes. Tras identificarlo, procedieron a su detención, acusado de un delito de lesiones, y posteriormente fue traspasado a los agentes de la Policía Nacional que se hicieron cargo de la investigación.
Tanto el detenido como su víctima fueron conducidos al Hospital Mateu Orfila, ya que el primero presentaba cortes en una mano por el forcejeo con la botella rota. El arrestado permanecía este lunes por la mañana en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional a la espera de ser puesto a disposición judicial en el Juzgado de guardia.
La reyerta había comenzado cuando el hombre que resultaría apuñalado y su novia iban a tomar un taxi en la zona de Ses Voltes, muy próxima al ascensor donde también se hallaron restos de sangre. Supuestamente otras tres chicas comenzaron a increpar a la pareja hasta que el desencuentro derivó en las agresiones. La novia del apuñalado sufrió golpes y mordiscos.
Fue entonces cuando intervinieron otros chicos que iban con ellas, uno de los cuales cogió una botella de cristal rota e intentó clavársela en el cuello al otro, aunque, afortunadamente, la incisión resultó poco profunda.
Va grosera molt pitjor i erem manco, batalles campals a mo entre militars i altres grups daqui, ple de amants de sa hipica, segrests, venga mirau es diaris de fa trenta quaranta anys